ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE 1997 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 20 de octubre de 2019

LAS MEJORES PELÍCULAS DE 1997 - Lo mejor del cine de ese año

Carretera perdida.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC


Irregular año, con grandes títulos, de inmensa calidad, aunque no tan conocidos o afamados como ocurría en los anteriores. Quizá en menor número también, si bien es cierto era complicado seguir el ritmo del 93, 94 o 95. El melodrama, el drama familiar, la mirada de la infancia, géneros y visiones que aparecen en su máxima expresión en este año, como ya lo hicieron en algunos de los anteriores, que entregan grandes obras, aunque puede que algo olvidadas…, pero para eso estamos aquí, para reivindicarlas y rescatarlas.

The game.

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Las mejores películas de 1997
(lo mejor del cine de ese año)



ABRE LOS OJOS, de Alejandro Amenábar. 

Segundo film de Amenábar, original y enigmático, que destacaba a su realizador como una nueva y firme voz de nuestro cine, zambulléndose en géneros distintos a los habituales, capaz de imágenes perturbadoras (la Gran Vía desierta).




AFLICCIÓN, de Paul Schrader. 

Obra maestra de Schrader con dos portentosas interpretaciones de Coburn y Nolte. Un potentísimo drama rural, una durísima relación paterno-filial y los habituales y redentores temas de su director. Una joya.


ANASTASIA, de Don Bluth y Gary Goldman. 

Compitiendo contra Disney, la Fox trajo a la hija de la familia real rusa que, más allá de temas históricos, resulta una película correcta y efectiva.


BOOGIE NIGHTS, de Paul Thomas Anderson. 

El primer pelotazo de Thomas Anderson. Una cinta scorsesiana y tarantiniana que presentó a uno de los grandes realizadores del cine moderno, poseedor de auténtica voz propia. Uno de los grandes títulos del año.




CARA A CARA, de John Woo. 

Quizá la mejor película de Woo en el cine estadounidense, donde Cage y Travolta gozaron como enanos desfasando a conciencia y haciéndose pasar por el otro. Es retorcida y delirante, más allá de su inverosímil planteamiento.




CARÁCTER, de Mike van Diem. 

Estupendo drama con otra relación familiar, de padre e hijo, problemática y conflictiva, dentro de una estática fría y con buena realización.


CARRETERA PERDIDA, de David Lynch. 

Obra maestra de David Lynch. Inquietante, sugerente, rara, extraña, fascinante. Una de las obras cumbre del director, poseedora de todo su universo y estilo. Visión deformada del Noir clásico.


CENIZAS DEL PARAISO, de Marcelo Piñeyro. 

Thriller argentino de gran pulso narrativo y una enrevesada trama bien resuelta desde el guion. Ideal para quienes busquen buenos títulos no especialmente conocidos.


CONTACT, de Robert Zemeckis. 

Joya de Zemeckis, uno de los grandes títulos sobre el tema extraterrestre desde un prisma más científico, con gran componente espiritual también. Fascinante realización, portentosos efectos, con un Zemeckis aún en forma.




COPLAND, de James Mangold. 

Atractivo policiaco el que dirige Mangold, que además consigue uno de los mejores trabajos de Stallone como actor. Un entretenido e interesante film.


CUBE, Vincenzo Natali. 

Estupenda cinta de Ciencia Ficción y terror, donde el director estadounidense se marcó un gran punto. Angustiosa, claustrofóbica, extraña e inquietante, te mantiene atrapado desde el primer instante… si te gusta el género.




DESMONTANDO A HARRY, de Woody Allen. 

Obra maestra absoluta de Woody Allen. Hilarante, ingeniosa, profundamente inteligente… es un derroche de imaginación e ingenio en cada una de las partes y las distintas historias que se cuentan en ella. De las grandes, muy grandes, del genial realizador.




DONNIE BRASCO, de Mike Newell. 

Notable título mafioso, un género con unos referentes tan absolutos que es complicado destacar. Lo logró Newell, junto a Pacino y Depp, con este título basado en hechos reales.


EL DULCE PORVENIR, de Atom Egoyan. 

Una de las grandes cintas de los 90, de las grandes infravaloradas. Cuento perverso que recoge las ideas de “El Flautista de Hamelin” para llevarlas a una historia realista, donde la desolación y la pérdida tratan de saciarse con un embaucador abogado. Recomendadísima.


EL INDOMABLE WILL HUNTING, de Gus Van Sant. 

Excelente drama que se beneficia de las grandes interpretaciones de todo el reparto, con un oscarizado guión de Matt Damon y Ben Affleck. Obtuvo 9 nominaciones y Robin Williams consiguió el Oscar como mejor actor de reparto.




EL INVITADO DE INVIERNO, de Alan Rickman. 

El sensacional Alan Rickman nos regaló este estupendo drama familiar, su primera película como realizador, de emociones intensas y tono sereno, con momentos llenos de sensibilidad y una madre y una hija, Phyllida Law y Emma Thompson, que resplandecen.


EL QUINTO ELEMENTO, de Luc Besson. 

Una película pop, libre, desenfrenada y entretenida que analizada con un mínimo de rigor no pasa el corte. El guion es pobre, las interpretaciones son salvadas por Buce Willis, sus tesis son tan infantiles y estúpidas como previsibles, la estética es deslumbrante y original, el aspecto visual es brillante… Eso sí, fue un pelotazo diseñado para competir con el cine americano dirigido por un Besson que me hizo disfrutar en muchas ocasiones, aunque no en esta.




EL SABOR DE LAS CEREZAS, de Abbas Kiarostami. 

Otra de esas sencillas joyas de Kiarostami, pequeños pedazos de vida que a algunos aburrirá por su ritmo y temática sin pirotecnia y a otros encantará por su sensibilidad.


EN COMPAÑÍA DE HOMBRES, Neil LaBute. 

Llamó la atención LaBute con este debut que retrata el machismo recalcitrante que busca vengarse de las mujeres. El director, ahora más centrado en la televisión, no logró seguir la línea de una película que tampoco es nada del otro mundo.


FULL MONTY, de Peter Cattaneo. 

Tremendo éxito el de este film venido del Reino Unido. Una comedia social sobre unos desempleados que se las apañan para llamar la atención y conseguir algo de dinero. Crítica social y política con humor.




FUNNY GAMES, de Michael Haneke. 

Uno de los retratos más desasosegantes de la violencia sin subterfugios intelectuales. Perturba, horroriza e incomoda. Puro Haneke. Esta es la original. En 2007 el propio Haneke realizó una remake americano.




GATTACA, de Andrew Niccol. 

El guionista de la magistral “El Show de Truman” se descubrió como estupendo director (sin continuidad en sus posteriores trabajos) en esta fantástica cinta de Ciencia Ficción sobre seres mejorados y humanidad. Una obra profunda, reflexiva y de culto.




GIRO AL INFIERNO, de Oliver Stone. 

Thriller violento y excesivo, al más puro estilo Stone, donde priman los crímenes y el sexo. Si te gusta el estilo del director y sus incursiones en el género, puedes disfrutar bastante. Correcta.


HAMAM: EL BAÑO TURCO, de Ferzan Ozpetek. 

Más que aceptable film lleno de sutileza y bastante sensibilidad en su retrato de conflictos y filias familiares, de contrastes culturales.


HANA-BI: FLORES DE FUEGO, de Takeshi Kitano. 

Violencia y poesía. Kitano en una de sus cintas más reputadas. Su violencia seca contrasta con esa mirada lírica y sensible en las relaciones. Quizá sobrevalorada, pero recomendable.




HAPPY TOGETHER, de Wong Kar-Wai. 

Kar-Wai vuelve a sorprender y deslumbrar con otra historia de amor, en este caso homosexual, donde destaca su virtuosismo estético.


HÉRCULES, de John Musker y Ron Clements. 

Disney apuesta por la mitología para esta entrega, que también obtuvo un gran éxito. Otro título más que recomendable para los más pequeños.


HOMBRES ARMADOS, de John Sayles. 

Otra de las grandes obras de Sayles, con un magnífico Federico Luppi en el papel protagonista. El horror y la búsqueda de la esperanza. Recomendable.


INSOMNIA, de Erik Skjoldbjaerg. 

La original de la que Christopher Nolan hizo un remake en 2002. Un correcto thriller, sereno, frío y denso, con aspectos interesantes y resoluciones que no lo son tanto.




JACKIE BROWN, de Quentin Tarantino. 

El tercer trabajo de Tarantino es uno de los más significados por salirse de su estilo violento habitual. Un trabajo más clásico que adapta a Elmore Leonard con toque setentero, nostálgico. Un gran trabajo del director, no del todo valorado, donde los diálogos vuelven a ser excelentes, como las interpretaciones.




KEEP COOL (MANTÉN LA CALMA), de Zhang Yimou. 

Una extraña mezcolanza de Yimou que, desde luego, no está entre lo mejor de su filmografía. Con todo, tiene sus cosas de interés.


KUNDUN, de Martin Scorsese. 

Scorsese viajando al Tibet y sumergiéndose en el budismo. Es de sus trabajos más vulgares y planos, aún con el potente estilo visual del maestro.


L. A. CONFIDENTIAL, de Curtis Hanson. 

Obra maestra del Cine Megro moderno. Uno de los mejores trabajos dentro del género en color. Esta adaptación de la maravillosa novela de James Ellroy es un triunfo de principio a fin que merece todo el reconocimiento. Gloriosas interpretaciones, inolvidable Kim Basinger. Un Russell Crowe directo al estrellato.




LA ANGUILA, de Shôhei Imamura. 

Un sensible e íntimo Imamura que reflexiona sobre los secretos, las segundas oportunidades y los prejuicios en una bella historia de amor y descarnado lirismo.


LA BUENA ESTRELLA, de Ricardo Franco. 

Profundamente emotiva película que explora los resortes del dolor y la tristeza en relación a tres personajes heridos que se permiten el lujo de tener una efímera esperanza. Estupendo título de nuestro cine.




LA CAJA CHINA, de Wayne Wang. 

Historia de fatalidad amorosa y metáfora política en un Hong Kong lleno de contrastes y a punto de pasar a otro tiempo. Gran trabajo de Wang en este melodrama intenso, expirante y doliente.


LA CORTINA DE HUMO, de Barry Levinson. 

Sátira política sobre los manejos políticos y mediáticos del poder, donde el recuerdo de Clinton reluce con fuerza. En el guión, David Mamet.


LA PRINCESA MONONOKE, de Hayao Miyazaki. 

Una de las películas más famosas y exitosas del gran Miyazaki. Aventuras, fantasía y aliento ecologista para una de las obras que lanzó al cineasta japonés a los altares.




LA TORMENTA DE HIELO, de Ang Lee. 

Irónico y profundo retrato de los absurdos comportamientos de la burguesía estadounidense con la llegada de la liberación sexual, esa catarsis que se produce con todo cambio, quizá necesaria, pero obligadamente estúpida. Otra gran película del cineasta taiwanés.


LA TRAMA, de David Mamet. 

Interesante film de intriga, lleno de recovecos y giros, escrito y dirigido por David Mamet, lo que no es poco. No es un gran trabajo visual, pero ciertamente su historia es atractiva.


LA VIDA ES BELLA, de Roberto Benigni. 

Tremendo éxito el de Begnini, que hizo esta tierna y dura película a la vez, en una compleja transgresión que tuvo sus críticas por banalizar el horror según algunos. Se ha convertido en un clásico en esa oda a la mentira protectora. Triunfó también en los Oscar.




LEGÍTIMA DEFENSA, de Francis Ford Coppola. 

Es, seguramente, la última obra verdaderamente apreciable de Coppola, dentro de su convencionalidad. Un correcto thriller judicial que adapta a John Grisham.


MADRE E HIJO, de Aleksandr Sokurov. 

Película tremendamente artística y bella formalmente, quizá en exceso para el público medio, pero apreciable por muchos cinéfilos que busquen cosas distintas.


MARIUS Y JEANNETTE (UN AMOR EN MARSELLA), de Guédiguian. 

Perdedores y desencantados que encuentran el amor y una segunda oportunidad. Pequeña y sencilla película en la que resplandecen sus genuinos sentimientos.


MARTIN (HACHE), de Adolfo Aristarain. 

Sensacional film este de Aristarain, lleno de matices, claros y oscuros, de grises, de lúcidos diálogos e ideas, en el que las emociones refulgen desde muy distintos prismas. Caídas y levantamientos emocionales, la pura vida.




MEDIANOCHE EN EL JARDÍN DEL BIEN Y DEL MAL, de Clint Eastwood. 

Joya digresiva del maestro Eastwood, que increíblemente aparece infravalorada. Con una leve intriga como excusa, el cineasta cae arrebatado ante la fascinante fauna de Savannah. Complicado no caer rendido junto a él.


MEJOR… IMPOSIBLE, de James L. Brooks. 

Joya que describe a la perfección la sensibilidad de Brooks, en esa mezcla de ternura y transgresión, de emotividad y mala leche. El Melvin Udall que nos regala Jack Nicholson es absolutamente irresistible, tanto es así que le dio un merecido Oscar por gozarlo sin frenos… Hilarante y emotiva.




MEN IN BLACK, de Barry Sonnenfeld. 

Otro pelotazo conseguido por Will Smith, que aún sigue dando secuelas, aunque ya sin él. Un divertimento de Ciencia Ficción donde la comedia tiene tanta importancia como los efectos especiales. Crearon una mitología con elementos que se han convertido en parte de la cultura popular.




MI VIDA EN ROSA, de Alain Berliner. 

Efectiva comedia dramática que daba visibilidad a la transexualidad. Consiguió el Globo de Oro a la mejor película extranjera.


NIÑOS DEL PARAÍSO, de Majid Majidi. 

Tierna, sencilla, encantadora. Esta cinta iraní, con mirada amable y limpia, nos cuenta la vida y las costumbres de aquel país, desde sus necesidades y pobreza a su humanidad e ingenuidad. Tan pequeña como cautivadora.


ON CONNAÎT LA CHANSON, de Alain Resnais. 

Y otro encantador título, este en clave musical. Enredos amorosos y relaciones equívocas al ritmo de populares canciones francesas. Regocijante vitalidad.


PACTAR CON EL DIABLO, de Taylor Hackford. 

Pacino se lo pasa “pipa” encarnando al maligno en esta cinta de intriga fantástica donde también destaca Keanu Reeves y una gloriosa Charlize Theron. Tiene grandes ideas y momentos en su irónica trama.




PERSIGUIENDO A AMY, de Kevin Smith. 

Un Smith más maduro, pero igualmente gamberro y transgresor en los diálogos. Una comedia romántica que se aleja del tópico dulzón e imprime descaro a sus personajes e historia. Pura irreverencia.


PODER ABSOLUTO, de Clint Eastwood. 

Una más que correcta cinta de intriga, muy entretenida, donde un Eastwood, que interpreta a un ladrón de guante blanco distanciado de su hija, descubre un crimen pasional cometido por el presidente de los Estados Unidos, encarnado por Gene Hackman, que está magnífico, como siempre. Todo el reparto está acertado.


SECRETOS DEL CORAZÓN, de Montxo Armendáriz. 

Bellísima cinta de Armendáriz. Delicado y dedicado trabajo sobre la mirada de la infancia. Merecidamente elogiado ha sido su uso de la elipsis. Drama rural de postguerra que rezuma sensibilidad por todos lados.




THE BOXER, de Jim Sheridan. 

Daniel Day-Lewis da otra exhibición de interpretación en este drama con el tema del terrorismo y el IRA de fondo. Otro gran triunfo de Sheridan. Day-Lewis logró un nivel pugilístico, según su entrenador, para competir por el título de su peso.


THE GAME, de David Fincher. 

Buen thriller el de Fincher, donde vuelve a demostrar su talento visual y pulso narrativo, si bien en esta ocasión sus giros resultan bastante artificiosos y tramposos. En cualquier caso, se disfruta sin dudas.


TITANIC, de James Cameron. 

Un espectáculo mayúsculo. Fue la película más cara y más taquillera de la historia, además de la que más Oscars tiene. Cameron en todo su esplendor, dando más y más en su retrato del naufragio más famoso de la historia. Una vez le llegó el prestigio aparecieron numerosos odiadores, un tópico, pero es una magnífica película.




TOCANDO EL VIENTO, de Mark Herman. 

Excelente comedia dramática de tintes sociales que mereció aún mejor suerte. Encantadora película con un reparto en estado de gracia que encuentra humanidad y humor en el conflicto laboral minero en la época de Thatcher.


TREN DE SOMBRAS, de José Luis Guerín. 

Recuerdo cuando se estrenó y lo que me costó llegar a verla. Cine experimental, para muy cinéfilos o cinéfilos muy curiosos, pero a los que seguramente satisfará. Nada convencional.




VIAJE AL PRINICPIO DEL MUNDO, de Manoel De Oliveira. 

El último film de Mastroianni, una estupenda obra de reflexión y nostalgia con el mundo del cine como soporte. Un gran trabajo de Oliveira.


VOR. EL LADRÓN, de Pavel Chukhrai. 

La inocencia de la infancia y su pérdida. Magnífica cinta rusa, nominada al Oscar, que retrata con gran tacto y sensibilidad el desvanecimiento de un mundo creado en esa inocencia para dar paso a la madurez…

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