ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película Robocop (José Padilha, 2014)

sábado, 17 de mayo de 2014

Crítica de la película Robocop (José Padilha, 2014)


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC


Vivimos en la época de los remakes, lógico en la escandalosa falta de imaginación que asoló la década pasada, donde las sagas y los mencionados remakes estaban a la orden del día. Ya comenté en su momento que esta década sería mejor que la anterior, lo está siendo, pero es evidente que en las secuelas y remakes hay un filón. Dicho esto y una vez aceptado lo que tenemos lo mínimo es exigir una calidad aceptable a esas sagas y esos remake, pero por desgracia pocas veces logran saciar las expectativas. Para que un remake resulte cuanto menos aceptable debe cumplir unas reglas muy sencillas en apariencia, obligadas. Estas son mantener la esencia de la historia, modernizarla y desarrollar aspectos no tocados en el original. ¿Cumple Robocop de José Padilha estas normas? La respuesta es sí.


Parece que los obsesos del remake han enfilado al bueno de Paul Verhoeven, que ha visto como a parte de “Robocop” se hacía un remake de su “Desafío total”. Los resultados de estos remakes son radicalmente distintos, al desastre que fue “Desafío total” debemos apreciar el buen trabajo que se ha hecho con este “Robocop”.



De entrada hay que aclarar que el “Robocop” (1987) original dista mucho de ser una obra maestra, es una aceptable cinta de ciencia ficción, irónica y bien rodada, pero con muchos defectos evidentes, su gratuita truculencia, su desagradable violencia explícita y gore que no aporta nada, una historia policiaca tremendamente simple… Curiosamente esa violencia y esa truculencia fueron parte fundamental de su exitoso y uno de los ingredientes más valorados por los fans de esa cinta de culto, que esperaban de uñas este remake temiéndose, como así ocurre, que esa violencia quedara minimizada o eliminada.

Efectivamente, este nuevo “Robocop” ha renunciado a la violencia explícita del original pero ha desarrollado con brillantez los aspectos conceptuales más importantes y explorado muchos que sólo se insinuaban en la original.

Padilha parecía el director adecuado para afrontar un remake de “Robocop” tras ver su trabajo en “Tropa de élite” (2007) y su secuela, inferior pero aceptable. Aquí, dando de lado a la violencia más explícita, indaga con acierto en los aspectos psicológicos del personaje protagonista, humanizándolo y contrastando con inteligencia esa dualidad entre robot y humano que tiene Alex Murphy.




No sólo están ahí las virtudes del film, Padilha dirige los tiroteos de forma excelente, algo que ya había mostrado en las cintas mencionadas. El más destacado, aunque no sea el más espectacular, es el primero de todos, en el restaurante, usando el punto de vista subjetivo de forma virtuosa, con cámara en mano detrás de los personajes y mostrando su ángulo de visión, sosteniendo los planos para que veamos la acción en su plenitud. Una escena muy magnífica. Esta planificación se extiende al resto de escenas de acción, lo que da a su “Robocop” una estética cercana a muchos videojuegos actuales, estilo “Call of duty”, que apuestan por las misiones con tiroteos en plano subjetivo.

Aparte de las reflexiones sobre donde radica la humanidad, qué define la misma, en qué consiste, “Robocop” desarrolla la idea de la seguridad como elemento indispensable para la libertad o por el contrario como excusa para la limitación de la misma. Si bien no se profundiza en exceso ni se sacan ideas especialmente brillantes, se intuye la reflexión consabida en la que radican las dictaduras, esa cesión de derechos a cambio de la mencionada seguridad.




La dualidad del personaje de Alex Murphy está bien desarrollada, mucho más elaborada que en la original, esto se logra explorando aspectos que no aparecen en la cinta de 1987, por ejemplo y sobre todo, la relación del protagonista con su familia, que supone el vehículo imprescindible que acaba definiendo y sacando a relucir la misma esencia del personaje y sus motivaciones. Esta relación familiar, que no olvide su pasado, es una de las principales diferencias con respecto al original, lo que permite explorar nuevos aspectos del personaje, como mencioné.

Las diferencias entre la tesis de la original y la de este remake quedan de manifiesto en la conclusión, diferencias acerca de esa humanidad mejor desarrollada y manifiesta en la cinta que nos ocupa.

La dependencia de Murphy, Robocop, despierta interesantes reflexiones, interpretables incluso en clave religiosa.

La dirección de Padilha es técnicamente brillante, no sólo en las escenas de acción y los mencionados planos subjetivos y sostenidos, también en las escenas más íntimas, donde muestra una gran seguridad, encuadres sobrios y movimientos de cámara sofisticados y elegantes, con mención especial a sus travellings circulares y panorámicas vertebradoras de escenas.




El trabajo interpretativo es bueno, Joel Kinnaman hace un buen papel, mucho más completo que el de Peter Weller. Destacable es el manejo de las miradas, que es donde fundamenta su interpretación, pasando de la humanidad a la inhumanidad de manera efectiva a través de ellas. La bella Abbie Cornish interpreta a la mujer del héroe, con un tono new age semi deprimido muy en la onda de la Scarlett Johansson de “Lost in translation” (Sofia Coppola, 2003). El resto del reparto está muy bien, con grandes nombre como el extraordinario Gary Oldman o Michael Keaton.

Los principales defectos de esta nueva “Robocop” los tenemos en su tardanza en que entrar en materia, divaga, toca muchos puntos, resulta menos trepidante que su predecesora, por ejemplo. Esto es debido, en cierta medida, al mayor desarrollo de los aspectos emocionales, psicológicos y reflexivos. También falta humor, resulta excesivamente trascendente, se toma demasiado en serio. Las escenas de acción, aparte de las mencionadas virtudes de dirección, no destacan de manera especial por su originalidad, son bastante intrascendentes.

Tras muchas dudas y dificultades Padilha sale airoso del reto y entrega una aseda cinta de ciencia ficción, reflexiva, bien rodada y elaborada, sin alardes, pero que resulta un más que aceptable remake de una película de culto, con la dificultad que eso conlleva.

 ©Jorge García

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