Inspector
ROMEO Olivas salió al escenario tan solo acompañado de su inseparable guitarra y vestido de soldadito. Miró unos segundos al público y, mientras ejecutó la reverencia acostumbrada, tuvo tiempo de pensar en la extrañeza que le había producido el comprobar que, entre la numerosa concurrencia que atestaba la sala, únicamente había chicas, chicas ataviadas con ropas y adminículos de un riguroso luto. Parece cosa de cámara oculta -pensó-, y se sentó en su taburete para rasguear unas primeras notas.
Apenas llevaba un par de temas cantados -aplaudidos y jaleados de una manera rabiosa-, cuando vio entre la neblina que los camareros no daban abasto a servir cerveza en vasos que pese a su regular tamaño eran ingeridos con rapidez enloquecida en uno o dos tragos.
Aunque estaba prohibido fumar, la sala se fue llenando de un humo espeso, de una bruma tenebrosa y siniestra que impedía ver a la concurrencia, que con sus alaridos demostraba que seguía ahí abajo, devorando en estos momentos a los camareros en cuyas vísceras se cebaban ciegas de odio, al mismo tiempo que sonaba, allá a lo lejos, una deliciosa versión de “Penny Lane” en la que Olivas ponía todo su sentimiento, su duende genital, sin sospechar siquiera que con su cara de niño lo estaban reservando para el postre. El inspector de sanidad entró entonces por la puerta del fondo.
ÁCS
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Hola, Ángel.
ResponderEliminarMenuda suerte tuvo Olivas, ya te digo...
Oye, me ha hecho mucha gracia eso de "duende genital"... No había escuchado nunca algo tan poético y lo cierto es que no sé si era que tocaba muy bien o lo hacía como el cu**. No importa porque la historia es estupenda, con esos zombies que reservan su hueco para el postre.
A mí me gusta todo lo que escribes, así que no sé qué decirte que sea original y nuevo... Ah, que tienes unos vestiditos muy monos aquí a la izquierda y con unos descuentos de impresión, me vas a hacer ir a por la tarjeta.
Besos, y que estés ya bueno del todo.
¿Suerte? No te creas. Cuenta la leyenda que al final también cayó.
ResponderEliminarTe prometo que estaba escribiéndolo y me preguntaba "¿habrán aparecido estas palabras juntas alguna vez?" Jajaja.
Y una cosa, hay que mirarlos de vez en cuando y así entro en el sorteo de uno, jeje.
Gracias por tus reconfortantes palabras, Tow. Bsss para esa de color naranja que andará haciendo de las suyas.