por Jv. Hell (@TiemposHeavys)
¡¿Vio-lence?! ¡Pero si esta banda era de aquellas de mis Tiempos Heavys, de ese sinfín de nombres de grupos que, en mis años de estudiante, rellenaban las pastas de mis cuadernos o los separadores de mi carpeta! Pues anda que no hace tiempo que no oigo hablar de ellos. ¡Ah!, ¿que hicieron el amago de volver después de treinta años con un Ep de cinco temas que llevaba por título Let the world burn? Pues solo por rememorar aquellos años de thrash metal, hay que echarle una escucha.
La lista de bandas de thrash metal que nacieron en la década de los ochenta, solamente en San Francisco, es interminable. Todas y cada una aportaron su granito de arena con su identidad y su estilo en engrandecer un género como el thrash metal. Vio-lence, no tardó en introducir su nombre entre los más destacables del género, llegando a grabar hasta tres discos.
Pero llegaron los noventa, y como anunciaban las prestigiosas revistas del género, como Metal Hammer en sus portadas en rótulos bien grandes: "El Thrash metal ha muerto". Y otros géneros como el grunge pegaban con fuerza, de modo que había que adaptarse o morir...
Posiblemente fuera eso lo que le pasara por la cabeza a Robb Flynn, que ya tendría a sus poderosos Machine Head en mente. Puede que solo malos rollos o simples desavenencias. El caso es que allá por 1993 la banda decía adiós; el resto es historia.
Hace bien poquito, a punto de cumplir treinta años de su disolución, antes hubo alguna reedición, grabación de DVD e incluso conciertos, más o menos a principios de siglo, de la mano de Phil Demmel, que también acompañó a Robb en Machine Head, Vio-lence regresa al panorama musical con el Ep Let the world burn, que bien se mereció una escucha después de tanto tiempo.
Let the world burn de Vio-lence te transporta a aquellos años ochenta, pero con el refinamiento y la trayectoria musical de unos músicos maduros y experimentados a lo largo de los años en los diferentes proyectos en los que han trabajado. Desde el primer tema, "Flesh from bone", escuchas ese thrash metal de la vieja escuela, muy bien elaborado y repleto de baterías rápidas, intensos riffs que van construyendo armonías a diferentes ritmos y esos solos rompiendo escalas pentatónicas a toda velocidad. ¡Qué recuerdos! Pero lo que más me sorprendió fue la voz de Sean Killian, no solo por cómo se compacta con el sonido rompedor de la banda, sino por ese toque, mezcla de voces a lo Anthrax o Slayer.
Para un profano del género, sobre todo en la actualidad, unos tiempos que corren en los que el thrash metal ha cogido un altísimo nivel en cuanto a profesionalidad y destreza de los músicos que forman la infinidad de bandas que surgen día tras día por el mundo entero y de las que tengo que destacar porque es un hecho, las nacidas en estos últimos años en España además de subrayar por méritos propios un nombre, Ángelus Apátrida...
Como decía, para un profano en el género como yo, Let the world burn se hizo muy agradable y corto de escuchar. Que sí, que eran solo cinco temas, pero me sembró las eternas dudas de cuando escuchas un Ep (que no llegó). ¿ Lo hicieron solo por rememorar viejos recuerdos? ¿Pensando en esos fans que aún hoy siguen siendo incondicionales? ¿Para aprovechar el espectacular "revival" que vive el género a nivel mundial? El propio Phil Demmel declaraba que tenía otros compromisos para cubrir conciertos con bandas como Lamb of God u Overkill, posiblemente para que no nos hiciésemos ilusiones de una reunión con vistas a algo más serio, así que... Let the world burn y... hasta dentro de otros treinta años.

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