ZEPPELIN ROCK: Mi colección de VITOLAS o anillas de puro

domingo, 3 de julio de 2022

Mi colección de VITOLAS o anillas de puro

 

 

La palabra vitolfilia aún no se recoge en el diccionario de la RAE, pero con ella se designa entre coleccionistas a la afición por coleccionar vitolas. Nos referimos a las anillas de los puros en las que, con frecuencia, aparece la marca del mismo. Esta afición se extiende, además, a todo aquello que, en papel, sirve para adornar las cajas de los puros: vitolas de colección, láminas litográficas que cubren las cajas de los puros o las vistas u hojas litografiadas que se pega en el interior de estas cajas... La Asociación Vitolfílica Española (AVE) nació el 1 de marzo de 1949.

Las anillas las comenzaron a utilizar las empresas tabaqueras cubanas desde la segunda mitad del siglo XIX como manera de identificar el producto con la marca concreta de una manera bella, pues la vitola desde siempre constó de relieves y dorados, muchas veces mezclado con el color rojo. La cenefa y orla también forma parte del ornamento habitual de la vitola. Esto las convirtió pronto en objeto de coleccionismo paralelo al de los sellos, las fototipias o los cromos.

Con el tiempo, las marcas incorporaron también series temáticas para coleccionar en estas anillas o vitolas. Y, en España, desde los años 60 en adelante la mayoría de las marcas más conocidas incluyeron en sus cajas de puros vitolinas -a imitación de las vitolas o anillas, pero de mayor tamaño por lo general- dedicadas a los más diversos temas. Estas vitolinas constituían series coleccionables, normalmente de 12 o 24 números, aunque hay series de vitolinas más cortas y otras muy amplias. El coleccionista, digamos, serio, no da el menor valor a estas vitolinas. Con el nuevo siglo, esta sana costumbre ha ido en claro declive.

En mi caso, comencé a coleccionar vitolas y vitolinas desde finales de los años 70 y, sobre todo, en los 80, aunque mi interés decayó en los 90. De cualquier modo, aún recojo las anillas de cualquier puro que encuentro por ahí si no la tengo en mi colección y religiosamente la añado a esta. No lo puedo evitar. En futuras entradas, os iré dejando las series de vitolinas que uno posee, y en esta las imágenes de las vitolas o anillas de puro que tengo. Es una minicolección de aficionado; no penséis.

No puedo olvidar cuando un primo mío y uno mismo íbamos a las bodas que se celebraban en los salones de mi localidad y cuando el novio comenzaba a repartir los puros, entrábamos y le pedíamos las vitolas (vitolinas en realidad) de las cajas. Y también de cómo un camarero que las coleccionaba nos cogió una ojeriza increíble pues acostumbraba él a pedirle a los recién casados tales vitolinas. Nos convertimos en los ladrones de sus tesoros, en depredadores: fue una guerra sin cuartel. Tampoco olvidaré cuando dirigimos una carta a la casa de tabacos Álvaro para solicitarles un álbum (es el que abajo os pongo) y en la respuesta de vuelta también nos mandaron unas vitolinas que agradecimos sobremanera. "Se despiden unos futuros fumadores de la marca Álvaro" (así rematábamos la carta; lo recuerdo muy bien). Teníamos no más de 13 añitos. En fin, batallitas cebolléticas.

Os dejo escaneadas las páginas que incluyen mis vitolas o anillas de puros. El número es muy exiguo, pero es mi colección. Algunas que yo creí vitolas son, al parecer, cromos, pero los sigo manteniendo en el álbum.


Mi pequeña colección de vitolas

Portada de mi álbum.












Detalle de contraportada.

El álbum con su verdadero color (incluso es de un amarillo más intenso).

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