ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA de la película Mubeopja (The Outlaw) (Kim Cheol-Han, 2010): Reseña

domingo, 17 de abril de 2022

CRÍTICA de la película Mubeopja (The Outlaw) (Kim Cheol-Han, 2010): Reseña


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




The outlaw es una notable cinta policíaca coreana en la que se narra la historia del detective de homicidios Jung-soo, un hombre atormentado por los casos que no ha resuelto, que se siente responsable por los crímenes cometidos por los delincuentes que no ha conseguido detener. Tiempo atrás, cuando unos asesinos caníbales se dedicaban a secuestrar mujeres para violarlas y torturarlas, Hyun-ji, una de las víctimas conseguirá escapar de sus captores y delatarlos. Jung-soo acabará enamorándose de ella, comenzando una vida juntos que incluso está a punto de traer a una criatura al mundo. Pero –por culpa de un descuido relacionado con aquel horrible hecho del pasado-, la joven abandona al policía, quien incapaz de superarlo ve como su carácter se torna más irascible. Un sacerdote al que conoce desde la infancia, una antigua amiga musicóloga y una evaluadora psicóloga de la policía –ambas enamoradas de Jung-soo- intentarán ayudar al detective en su espera hasta que Hyun-ji decida regresar con él. Y es entonces, siete años después, justo cuando la joven decide regresar junto a su marido y presentarle a su pequeña hija que ocurre una desgracia irreparable que provocará que Jung-soo se ponga al otro lado de la ley para llevar a cabo una venganza implacable.





Amiguitos, The outlaw es un thriller extremadamente violento que –como muchas de las cintas coreanas de las que os he hablado y os he recomendado- sabe mezclar muy bien la acción con los sentimientos, materializados aquí en el triángulo formado por el angustiado detective, su amiga de juventud y la agente evaluadora, quien acabará abandonando su unidad para ingresar en homicidios y ayudar a su amigo. En resumen, una película muy interesante en la que tenemos un policía vengador, asesinos despiadados y subtrama amorosa, todo ello agitado en una coctelera y tamizado por esa particular sensibilidad coreana que tanto nos gusta a algunos pero que puede exasperar a otros que se crean puristas del género. Y el final –aunque inverosímil-, sorprendente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario