ZEPPELIN ROCK: THE JAM - Setting sons (1979): CRÍTICA Review

miércoles, 5 de enero de 2022

THE JAM - Setting sons (1979): CRÍTICA Review

 

The Hunter


Si dejamos atrás al airado y vocinglero adolescente de In The City (1977) y su continuación, This Is The Modern World (1977); matizando la arrogancia de ese joven que entrega una obra maestra como All Mod Cons (1978), y al que la edad del pavo le hace ocultar en los créditos del disco la inclusión de la enternecedora "English Rose". Sabiendo que había llegado el momento, atisbada la cima, Paul Weller se enfrasca en el ambicioso reto de componer una obra conceptual alrededor de tres amigos de la infancia cuyas vidas -y cuya amistad- cambian tras una guerra civil. Finalmente, el proyecto original se queda a medias lo que no es óbice para considerar el cuarto álbum de The Jam, Setting Sons (1979), como su obra más ambiciosa -tanto a nivel lírico como de arreglos- hasta la fecha. 



Aún así, entre briosas canciones sobre amores obsesivos ("Girl On The Phone"), retazos de las vidas de clase media ("Private Hell", el excelso barroquismo de "Smithers-Jones", composición del nunca suficientemente loado Bruce Foxton) o postales desde cualquier ennegrecido edificio de protección oficial ("Saturday's Kids"), se cuelan cinco canciones que daban razón de ser al concepto del disco. La hímnica "Thick As Thieves" nos traslada a los días de patio de colegio, a carreras por los pasillos, a la camaradería que todo lo puede. "Burning Sky", sin embargo, nos traslada -inmisericorde- a la edad adulta para dejarnos claro que todo eso no eran más que quimeras. Una bofetada no haría más daño. Miniópera digna de The Who, "Little Boys Soldiers", habla de abyectos conceptos como imperio, patriotismo y guerra.



Estatua de bronce para recordar el destino que les espera a los hijos de la patria. Emocionante y desesperanzada (esa letra, esa melodía, esas armonías, ¡esa flauta!), "Wasteland" se catapulta hasta ese inaccesible lugar donde se guardan bajo siete llaves esas canciones eternas que tú y yo nunca olvidaremos. "No hay eso que llaman sociedad, sólo hay individuos y familias"; los tories acaban de llegar al poder de la mano de Margaret Thatcher y la tensión de la soberbia, perfecta "The Eton Rifles" alimenta la caldera con la que mantener viva la lucha de clases. Como última página, una excitante revisión del éxito de Martha & The Vandellas, "Heat Wave", que siempre se ha considerado fuera de lugar pero que a la luz, o a la sombra, de aquellas adquiere un sabor agridulce, incluso cruel. Y son eso, las vívidas, sinceras y reales emociones que despierta en el oyente lo que hacen de Setting Sons la obra que es. Profunda. Inagotable. Conmovedora.

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