ZEPPELIN ROCK: SAMMY HAGAR - Three Lock Box (1982): CRÍTICA Review

viernes, 10 de septiembre de 2021

SAMMY HAGAR - Three Lock Box (1982): CRÍTICA Review

 


by King Piltrafilla (@KingPiltrafilla)




Pues sí, amigos, el red rocker regresa a este espacio en otro de mis vinilos, esta vez el dedicado a Three lock box, su séptimo álbum en solitario. Del californiano Sammy Hagar ya os he hablado en varias ocasiones, cuando os presenté aquí su debut junto a Ronnie Montrose, en su aventura junto a Neal Schon aquí o también aquí en el icónico VOA previo a su fichaje por Van Halen. Así que me extenderé poco en los aspecto personales del artista y pasaré a comentaros brevemente este vinilo, quizás no de los mejores de su carrera, pero sumamente interesante. Producido por Keith Olsen en los Goodnight L.A. studios, junto a Sammy a la guitarra y voces encontramos a Bill Church al bajo, Gary Pihl a la guitarra y David Lauser a la batería, con Alan Pasqua a los teclados y diversas colaboraciones más. 

Con portada de Moshe Brakha con dirección artística de Richard Seireeni, el track list fue: 

A 
Three lock box 
Remote love 
Remember the heroes 
Your love is driving me crazy 
In the room 

B 
Rise of the animal 
I wouldn’t change a thing 
Growing up 
Never give up 
I don’t need love 


Three lock box es el tema que da título al álbum y nunca me ha acabado de enganchar pese a su energía. Lo mismo me pasa con Remote love –odio ese teclado de feria–, de la que sólo me gusta el estribillo. Todo lo contrario de lo que me ocurre con la Santísima Trinidad que conforman las siguientes Remember the heroes –con Mike Reno de Loverboy a las voces y Jonathan Cain de Journey a los coros y teclados–, la fantástica Your love is driving me crazy –primer single del disco– y la que pone fin a la cara A, In the room. La cara B comienza con una repetitiva aunque resultona Rise of the animal que se caracteriza por un sintetizador ochentero muy synthpop y que en algunos pasajes parece incluso prog-rock. I wouldn’t change a thing es una estupenda canción que en algunos momentos me recuerda a Caught up in you de los 38 special. Le sigue Growing up, otra de las que resultan fáciles de escuchar pero que tampoco es que me emocione demasiado. Never giver up es un hard melódico compuesto por Olsen y Pasqua que se convirtió en segundo single y que –una vez más– no será recordada como una de las mejores canciones grabadas por Hagar aunque no se le puede negar que es pegadiza. Eso sí, le falta garra. El disco finaliza con la más rockera I don’t need love, más en la línea del vocalista, que le deja a uno meneando los pies en cuanto la aguja se levanta del surco. 


En resumen, un elepé que no destaca por ser especialmente enérgico e inspirado pero que –aunque sólo sea por los mencionados tres temas de la cara A que os he destacado–merece la pena ser comprado y disfrutado. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla





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