ZEPPELIN ROCK: GOTTHARD - Firebirth (2012): CRÍTICA Review

miércoles, 22 de septiembre de 2021

GOTTHARD - Firebirth (2012): CRÍTICA Review

 


 por JLBM



Como cabía pensar, la muerte de Steve Lee, vocalista y miembro fundador de la banda suiza Gotthard, en 2010, suponía un terrible revés para la banda y para su legión de seguidores. Para muchos de aquellos fanáticos la idea de lanzar un nuevo álbum con un vocalista distinto a Lee era una auténtica aberración, así que cuando Gotthard puso encima de la mesa sus intenciones de facturar nuevo material, el movimiento sísmico fue considerable.



Han sido muchas las bandas a lo largo de la historia del rock que han superado las muertes de algunos de sus miembros más importantes y han continuado publicando fabulosos trabajos a lo largo de los años, así que no veo la razón por la que Gotthard no pudiese hacer lo mismo. Están en todo su derecho. Renunciar además a ese sonido clásico de la banda por un mal llamado sentimentalismo es absurdo, y además nos privaría del fabuloso álbum que se han marcado los chicos de Gotthard.

Desde su formación en 1992 Gotthard había grabado nueve álbumes de estudio y cuatro directos con el vocalista Steve Lee. El guitarrista Leo Leoni, el bajista Marc Lynn y el baterista Hena Habegger habían acompañado a Lee desde los comienzos de esta aventura, mientras que el guitarrista Freddy Scherer se había incorporado en el 96. El vocalista Nic Maeder tenía el muy difícil reto de sustituir a Steve Lee y conseguir el beneplácito de un público aún traumatizado por la muerte de su ídolo.

Leoni produce de manera muy acertada "Firebirth", un álbum que mantiene el sabor clásico de Gotthard, tal vez algo más abierto al sonido hard rockero de finales de la década de los 80. Trallazos basados en las guitarras de Leoni y Scherer y baladas apoyadas por pianos y acústicas dan a "Firebirth" la estructura lógica de un álbum de rock duro.

Más que un regreso, "Firebirth" es la continuación de la carrera de la banda. Leoni sigue siendo un inmenso constructor de riffs con vida propia, mientras que Scherer camina por esa misma senda. Lynn y Habegger desarrollan un inmenso trabajo en "Firebirth", una compenetración pulida a lo largo de más de 20 años de carrera. 

Y Nic Maeder. Un tipo ante el reto más importante de su carrera que supera la prueba con creces, no haciendo olvidar a Steve Lee, porque eso es imposible, pero dejando su huella y aportando su grano de arena a la grabación del disco. Una voz, la suya, que parece ajustarse como un guante al estilo de la banda. Poderosa y agresiva en los temas más duros del álbum y sentimental y sentida en las baladas. Sin olvidar además su aportación con la guitarra y con el piano al resultado final del disco.

Un disco sólido, bien elaborado, y lleno de momentos importantes de rock en el que lo menos importante son las comparaciones, sobre todo cuando se trata de un proyecto, como "Firebirth", que apuesta por el rock de calidad.



El álbum comienza con un trallazo absoluto para ir abriendo boca. "Starlight" se propulsa a través de la arrogancia obscena de la voz de Maeder en un explosivo tema que muestra a Gotthard en estado puro.

Después un impresionante grito abre "Give It Real", un sucio y hard rockero tema directamente importado de finales de los 80, cuando el hard rock era algo más que un estilo musical. 

Tras la tempestad llega la calma y "Remember It's Me" se confirma como una balada llena de clase, un brillante pedazo de AOR en el que la voz de Maeder le sitúa justo a punto de derramar unas lágrimas. Inmensa. El atronador y persistente bajo de "Fight" y sus contundentes y arenosos riffs le convierten en otro de los excelentes pelotazos rockeros con los que Gotthard nos obsequia en "Firebirth".

"Yippee Aye Yay" es uno de los mejores temas del álbum, una especie de retrospectiva hard rockera de coros aparentes y riffs aplastantes, una mixtura de Whitesnake y AC/DC bajo el siempre atractivo prisma de los suizos. De nuevo la tranquilidad se apodera de "Firebirth", esta vez con el ambiente sensible que generan los pianos, las guitarras acústicas y los violines de "Tell Me", una balada escrita a la antigua usanza.

Los poderosos y enérgicos acordes de "Shine" evitan que el tema derive a la balada, pero poco le falta, impregnándose por momentos de cierto aroma a Bon Jovi, aroma que se torna Whitesnake si hablamos de "The Story Is Over" y sus riffs demoledores. Temazo.

"Right On" supone una vuelta a aquel glorioso año 92 y "S.O.S." es un buen medio tiempo de línea absolutamente Gotthard con intro de riff guitarrero y percusiones tribales.

El aroma a Tesla de "Take It Back" o los riffs en línea AC/DC de "I Can" dejan bien claro cuales son las fuentes de las que ha bebido Gotthard a lo largo de estos más de veinte años, y eso en temas como estos, es una virtud más que un defecto.

Finaliza "Firebirth" con el sentido homenaje a Steve Lee. "Where Are You" está dedicado a su memoria, y Nic Maeder, su reemplazo en la banda, el hombre sobre el cual estaban puestas todas las miradas, se muestra más sentimental y compungido que nunca.

En definitiva "Firebirth" fue una de las sorpresas más agradables de 2012, por lo inesperado y por el contenido, un rock de fácil acceso plagado de los elementos que hicieron grande al género. Steve Lee habría quedado seguramente muy satisfecho del resultado de este trabajo. Él ahora no está, así que Gotthard no se detiene y continúa facturando temazos, como no podía ser menos.


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