ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE AVENTURAS DE LOS AÑOS 50

domingo, 20 de junio de 2021

LAS MEJORES PELÍCULAS DE AVENTURAS DE LOS AÑOS 50

 

Los siete samuráis.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC




Yo mismo olvido la importancia del Cine de Aventuras en esta década, destacando por encima de él al Western y al Musical, pero el hecho es que la búsqueda de evasión tras la 2ª Guerra Mundial dio un impulso definitivo a este género, de tal forma que hizo de los 50 una de sus décadas esenciales.

Fueron los años 30 los que dieron madurez al género, en un derroche de imaginación, creatividad y lucidez, pero estos 50 no le van a la zaga, diversificando el género por tierra y por mar, fusionándolo con otros géneros.

Esa coincidencia con el Western, otro género que en los 50 alcanzó su cima, me ha llevado a elegir un grupo de películas que comparten claves con los dos, que son puros Westerns pero que también se pueden circunscribir dentro del género aventurero por la sucesión de peripecias dentro de un tránsito o búsqueda. De esta manera se podrían añadir algunas más, de hecho, a pesar de lo extenso de la lista.

Gloria bendita estos 50 para casi todos los géneros, especialmente los de evasión, donde las aventuras alcanzaron cotas excelsas.


El halcón y la flecha.


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Las mejores películas de aventuras de los 50



20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO (1954), de Richard Fleischer. 

Afamada y reputada adaptación de la novela de Verne. Kirk Douglas y James Mason como protagonistas. Merece la pena.

BAHÍA NEGRA (1953), de Anthony Mann. 

Una de las colaboraciones menos conocidas (y acertadas) del dúo formado por Anthony Mann y James Stewart… y aún así es una estupenda película. Enmarcada en el género aventurero, tiene buenas escenas de acción, dirigidas con la habitual solvencia de Mann.

BEN-HUR (1959), de William Wyler. 

Obra maestra de Wyler, uno de los trabajos más recordados del magistral director… que ya es decir. La carrera de cuadrigas es historia del Séptimo Arte, una secuencia antológica de la que aún hoy me preguntó cómo se rodaron ciertas partes. La película más nominada y oscarizada, referente del cine de aventuras. Una de las grandes películas de la historia. Charlton Heston está inconmensurable.



CARAVANA DE PAZ (1950), de John Ford. 

Ford casi en la pura digresión. Western, humor, aventuras, romance… con la calidad narrativa del maestro. Pequeña joya poco conocida del genio.

CORAZA NEGRA (1954), de Rudolph Maté. 

Otra apañada película de aventuras medievales, esta con Tony Curtis como protagonista. Y Janet Leigh.

CRUCE DE DESTINOS (1956), de George Cukor. 

Un drama aventurero de Cukor. No es que sea para tirar cohetes, pero se ve con agrado y sus protagonistas tienen carisma a raudales: Stewart Granger y Ava Gardner.

CUANDO RUGE LA MARABUNTA (1954), de Byron Haskin. 

Un clásico de aventuras y epidemias animales, en este caso hormigas a cascoporro. Haskin, un crack de los efectos especiales, a los mandos dirigiendo a Charlton Heston y Eleanor Parker en su batalla contra esos pequeños y numerosos enemigos.



DESTERRADO DE LAS ISLAS (1952), de Carol Reed. 

Una adaptación de la novela de Joseph Conrad que fue bien recibida por la crítica aunque no es muy conocida. Muy interesante.

EL HALCÓN Y LA FLECHA (1950), de Jacques Tourneur. 

Clásico del cine de aventuras de un director que también es referente en este género, gracias, especialmente, a este título. Aliado a Burt Lancaster, que estaba más saltarín que nunca, factura una película llena de ritmo, energía y vitalidad. Un clásico indispensable.

EL HÉROE SOLITARIO (1957), de Billy Wilder. 

Stewart en la soledad de un avión, hablando con una mosca mientras retrata la hazaña de Charles Lindbergh cruzando el Atlántico sin escalas, desde Nueva York a París, en un viaje de 36 horas. Un estupendo título aventurero, que por el hecho de no ser una de las obras maestras del genio no merece indiferencia.

EL HIDALGO DE LOS MARES (1951), de Raoul Walsh. 

Excepcional película de aventura marinas con Gregory Peck como protagonista, uno de los grandes del género, y Walsh demostrando todo su poder narrativo en un género (las aventuras, y las marinas en especial) que le iba como anillo al dedo.

EL HUNDIMIENTO DEL TITANIC (1953), de Jean Negulesco. 

Antes de la de Cameron, después de otras… El hundimiento más famoso de la historia muy bien mostrado y tratado, meritorio en los efectos. Una cinta de aventuras y catástrofe, que nada tiene que ver con la protagonizada por DiCaprio, pero que merece la pena.

EL JARDÍN DEL DIABLO (1954), de Henry Hathaway. 

Un estupendo western clásico que además tiene mucho de cine de aventuras, género en el que también Hathaway dejó muchos y buenos títulos. Un duelo entre dos grandes de la escena en una especie de triángulo amoroso. Gary Cooper y Richard Widmark con Susan Hayward en medio. Un western que está en la historia del cine por ser el primero realizado en Cinemascope.

EL MOTÍN DEL CAINE (1954), de Edward Dmytryk. 

Una de las mejores películas de Dmytryk con un fantástico reparto encabezado por Bogart. Exitosa y ganadora de muchos premios, es una cinta de aventuras marinas durante la 2ª Guerra Mundial. Otro clásico.

EL MUNDO EN SUS MANOS (1952), de Raoul Walsh. 

Con un estilo totalmente clásico repleto de recursos y virtuosismo en el encuadre, Walsh deja una extraordinaria cinta llena de vigor a la que sólo cabe oponer cierta superficialidad en el elemento amoroso, (sensación, quizá, aumentada por la actriz). Gregory Peck está sensacional, así como Anthony Quinn. Una auténtica joya del cine aventurero en el mar del maestro Walsh.



EL PIRATA BARBANEGRA (1952), de Raoul Wals. 

Una figura emblemática de la piratería es honrada por Walsh. Aventuras marinas, una narración poderosa y un divertimento clásico y sano.

EL PRÍNCIPE VALIENTE (1954), de Henry Hathaway. 

Una estupenda película de aventuras para pasar un rato más que agradable, ya sea en una tarde veraniega o cuando más apetezca. Lo convencional no le resta encanto.

EL PRISIONERO DE ZENDA (1952), de Richard Thorpe. 

“El prisionero de Zenda”, versión de Richard Thorpe, es una estupenda película de aventuras, que copia casi literalmente a su predecesora de Cromwell (1937), lo cual hace que su nivel no pueda ser malo, aunque con una historia tan buena lo difícil es que lo fuera. Gran ritmo, suspense, acción… que aunque no aporte nada nuevo se ve con deleite, especialmente en sus mejores momentos.

EL RASTRO DE LA PANTERA (1954), de William A. Wellman. 

Western con un rico juego de relaciones entre los miembros de una familia en un entorno cerrado. Un buen título de Wellman, que rara vez decepciona.

EL SEÑOR DE BALLANTRY (1953), de William Keighley. 

Otro aceptable título aventurero en la que es una de las últimas películas realmente reseñables del gran Errol Flynn, posiblemente el actor de cine de aventuras más importante de la historia.

EL TEMIBLE BURLÓN (1952), de Robert Siodmak. 

Uno de los más grandes clásicos del cine de aventuras. Siodmak, uno de los maestros del Noir, se zambulló en exóticas aventuras junto a un Burt Lancaster en estado de gracia atlético. No se la pierdan, obra maestra absoluta del género. Referente.

EL TIGRE DE ESNAPUR (1959), de Fritz Lang. 

Una de aventuras de Lang, un auténtico clásico exótico y fascinante. Puro serial. Imprescindible, como todo Lang. Tuvo una segunda parte, “La Tumba India”, que también es de este año.

EL VIEJO Y EL MAR (1958), de John Sturges. 

Buena película de aventuras adaptando a Hemingway y con un Spencer Tracy que lo abarca todo. Un pequeño clásico.



HORIZONTES AZULES (1955), de Rudolph Maté. 

La exploración de Louisiana tras su compra a Francia por parte de los Estados Unidos. Western, aventuras y mucha naturaleza. No es una joya, pero cumple.

HORIZONTES LEJANOS (1952), de Anthony Mann. 

Obra maestra del western dirigida por uno de los mejores exponentes del género en su época de esplendor. Las peripecias de los pioneros narradas con vigor, pulso narrativo y brillantez. Y ayudado por un reparto excepcional encabezado por James Stewart.

INFIERNO BLANCO (1953), de William Wellman. 

Gran director y con John Wayne como protagonista. Un accidente aéreo en una zona montañosa y nevada en la que las duras condiciones pondrán a prueba la capacidad de supervivencia. Manido, pero fue antes que muchas.

IVANHOE (1952), de Richard Thorpe. 

La novela más famosa de Sir Walter Scott es adaptada por Richard Thorpe con gran espectacularidad contando además con un gran reparto entre los que destacan Robert Taylor, Joan Fontaine, Elizabeth Taylor o George Sanders. Una historia épica de aventuras, con todo lo que se puede esperar de un espectáculo de este tipo aunque de irregular resultado.



LA FORTALEZA ESCONDIDA (1958), de Akira Kurosawa. 

Kurosawa y Mifune, un dúo infalible, juntos en esta magna obra de aventuras y samuráis. Una joya brillante y reluciente, una obra soberbia de la que Lucas tomó buena nota para su Space Opera.

LA HECHICERA BLANCA (1953), de Henry Hathaway. 

Una película muy correcta, como todas las de Hathaway, muy entretenida, que hará pasar un rato agradable. Y es que raro era el género que se le resistía a Hathaway.

LA ISLA DE LOS CORSARIOS (1952), de George Sherman. 

No es la más brillante de las cintas aventureras de Errol Flynn, pero sí cumple su cometido. Además tenemos a la más bella mujer pirata, Maureen O’Hara.

LA MANO IZQUIERDA DE DIOS (1955), de Edward Dmytryk. 

El catolicismo en medio de la guerra civil y la revolución China. Un gran Bogart y una seductora Tierney en una competente y correcta cinta de aventuras de Dmytryk, que tiene mucho más de lo que se le ha reconocido.

LA MONTAÑA SINIESTRA (1956), de Edward Dmytryk. 

Una de aventuras alpinas con Spencer Tracy. Un subgénero que no había tenido muchos títulos reseñables (sólo alguno que otro). Aventuras y buenas interpretaciones. No es ninguna genialidad, eso sí.

LA MUJER PIRATA (1951), de Jacques Tourneur. 

Clásico del cine aventurero por el gran Jacques Tourneur, que también era un maestro en este género. Aquí empodera a la mujer como protagonista de su film de acción y piratas para firmar un clásico que no desmerece a otros de más prestigio. Una gozada. Tourneur era un gigante.

LA REINA DE ÁFRICA (1951), de John Huston. 

Obra maestra absoluta. La mejor comedia de aventuras jamás realizada. Bogart, en un papel antológico, y Katharine Hepburn. Con que sencillez llega Huston a lo sublime, con qué facilidad recrea sus obsesiones y gustos, con que desparpajo desarrolla una historia de amor sencillamente encantadora y emocionante, con que maestría redime y consuela a sus personajes. Con que insultante indiferencia crea una obra maestra absoluta, nodriza de tantas que vinieron después. Os exijo que la veáis.



LA ROSA NEGRA (1950), de Henry Hathaway. 

Entretenida cinta de aventuras medievales. Hathaway siempre cumple. Orson Welles y Tyrone Power en el reparto.

LA SENDA DE LOS ELEFANTES (1954), de William Dieterle. 

Aventuras, animales, epidemias y triángulos amorosos, un cóctel bastante utilizado para satisfacción de los espectadores, gustosos de ver estas historias de entornos exóticos. Aceptable película con buen reparto.

LA TUMBA INDIA (1959), de Fritz Lang. 

La segunda parte de las exóticas aventuras dirigidas por Lang que mantienen el nivel de la anterior. Para verlas juntas.



LA TÚNICA SAGRADA (1953), de Henry Koster. 

La primera película rodada en Cinemascope. Glorioso el Cinemascope. Lo adoro. La película se prestaba a ello, la épica en una histórica bíblica, con romanos y aventuras. Gran reparto.

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS (1956), de Michael Anderson. 

Repite Anderson, en esta ocasión con una adaptación a Verne, en la que para algunos es la mejor de las versiones, con David Niven y Cantinflas como Fogg y Passepartout.

LAS AVENTURAS DE QUENTIN DURWARD (1955), de Richard Thorpe. 

Robert Taylor es otro de los grandes nombres del cine aventurero de la época. El perfil perfecto. Aquí nos entrega una aseada cinta de aventura medieval prototípica y eficaz.

LAS MINAS DEL REY SALOMÓN (1950), de Andrew Marton y Compton Bennett. 

Un clásico aventurero con Stewart Granger, un grande del género. Además tenemos a Deborah Kerr, por si fuera poco. Allan Quatermain buscando las minas.

LAS NIEVES DEL KILIMANJARO (1952), de Henry King. 

Adaptación de King a Hathaway que dio como resultado un intenso drama romántico de mucho éxito. Con África y la Guerra Civil española de fondo, Gregory Peck y Ava Gardner dan rienda suelta al amor.




LOS CABALLEROS DEL REY ARTURO (1953), de Richard Thorpe. 

Otra de aventuras de Thorpe, que en estos años se especializó en el género. Correcta, entretenida y completamente solvente. Magnífico reparto además: Robert Taylor, Ava Gardner y Mel Ferrer.

LOS CONTRABANDISTAS DE MOONFLEET (1955), de Fritz Lang. 

Una auténtica joya. Devoción tengo por esta cinta de aventuras, niños y contrabandistas, claro. Una de las cumbres del cine de aventuras, porque es lo que hacía el maestro Lang, cogía un encargo y lo convertía en arte. A los estímulos habituales del género, Lang le introduce un romanticismo, un tono intimista, una tristeza y una nostalgia que elevan el film al Olimpo. Inolvidable Stewart Granger, imperecederas las imágenes que logra el maestro.

LOS GAVILANES DEL ESTRECHO (1953), de Raoul Walsh. 

No es muy allá esta adaptación de Victor Hugo, pero tiene un soberbio narrador y unos protagonistas de lujo, Hudson y De Carlo. Tiene sus alicientes estas aventuras marineras.

LOS IMPLACABLES (1955), de Raoul Walsh. 

Maravilloso western de Walsh, un clásico espléndido que se desarrolla tras la Guerra Civil americana. Lo tiene todo: acción, romance, humor, aventuras, un reparto excelente (Clark Gable, Jane Russell y Robert Ryan) y el ritmo narrativo sin igual del director. Un western clásico del máximo nivel. Recomendadísima.

LOS SIETE SAMURAIS (1954), de Akira Kurosawa. 

Obra maestra de Kurosawa, clásico absoluto de gran relevancia también en occidente, no en vano se hicieron remakes famosísimos y exitosos en clave de western (gran opción), que a su vez tuvieron varias secuelas: “Los siete magníficos” (John Sturges, 1960). La épica, el poderío visual, la puesta en escena… Kurosawa sublimado. De obligado visionado.

LOS VIKINGOS (1958), de Richard Fleischer. 

Kirk Douglas y Tony Curtis viviendo intrépidas aventuras. No, no es “Espartaco”, es esta joya de Fleischer, un clásico que quizá no ha sido lo suficientemente reivindicado, pero que es extraordinario.

MOBY DICK (1956), de John Huston. 

Huston adaptando a Melville con Gregory Peck como Ahab en un clásico aventurero. Se le pueden cuestionar cosas, o no, pero es indiscutiblemente un clásico con infinidad de virtudes.

MOGAMBO (1953), de John Ford. 

Mítica película en la que la censura en España transformó un adulterio en un incesto. Una joya auténtica del cine de aventuras con un trío protagonista espectacular, en talento y belleza. Un mítico y ejemplar triángulo amoroso cien mil veces imitado. Clark Gable, Grace Kelly y Ava Gardner. La maestría de Ford de nuevo irguiéndose orgullosa. Mogambo sería un remake de la cinta de 1932, dirigida por Victor Fleming, “Tierra de pasión”, también protagonizada por Gable.



QUO VADIS (1951), de Mervyn LeRoy. 

Conocidísimo drama religioso de gran éxito y fama en su época. Notable y muy bien rodado por ese artesano de talento que era Mervyn LeRoy… En realidad, algo más que un artesano. Mezcla de cine aventurero, épica y religión, tenemos en pequeños papeles a Elizabeth Taylor y… Bud Spencer.

REBELIÓN EN EL FUERTE (1954), de Raoul Walsh. 

Entretenida película de Walsh, Western en tierras canadienses desarrollado con el enérgico pulso del maestro. En tono aventurero, el film siempre resulta ameno y agradable, una opción más que solvente para los amantes del género.

RÍO SIN RETORNO (1954), de Otto Preminger. 

Mitchum y Monroe en un tórrido romance entre aventuras. Sin ser de las grandes joyas de Preminger, sí es una película apreciable, entretenida, con muchos alicientes. La dirección impecable, las interpretaciones, con una gran Marilyn, y los parajes mostrados con brillantez son algunos de ellos.

SALOMÓN Y LA REINA DE SABA (1959), de King Vidor. 

El siempre pasional Vidor en un drama histórico bíblico con Yul Brynner y Gina Lollobrigida como protagonistas.

SAMURAI (1954), de Hiroshi Inagaki. 

Otra de aventuras, drama, romance y samuráis, con Toshiro Mifune de protagonista, que repite este año. Da inicio a una trilogía que continuaría en 1955 y 1956. Un excelente año para sumergirse en el cine oriental desde prismas muy distintos.



SAMURÁI 2 (1955), de Hiroshi Inagaki. 

Segunda entrega de la trilogía de Inagaki, del mismo nivel y en la misma línea de la anterior, con más acción pero quizá una historia menos elaborada. Extraordinaria, en cualquier caso.

SAMURÁI 3: DUELO EN LA ISLA GANRYU (1956), de Hiroshi Inagaki.  

El cierre a la magnífica trilogía de Inagaki, conclusión a una evolución lógica. Una trilogía no muy conocida pero que merece la atención de los más cinéfilos.

SCARAMOUCHE (1952), de George Sidney. 

Clásico absoluto del cine de aventuras, espadas, retorcidísimos secretos familiares, humor y romanticismo. No sólo fascina por su trepidante ritmo, magnífica dirección, escenas de acción y romanticismo, por sus situaciones límite e imaginación desbordante, sino porque además cuenta con un extraordinario elenco de personajes inolvidables y de actores excelentes. Obra maestra del género, con uno de los más brillantes duelos a espada jamás rodados.

SÓLO DIOS LO SABE (1957), de John Huston. 

Básicamente estamos ante una nueva versión de “La Reina de África” (1951), como es fácil dilucidar de la sinopsis (un soldado rudo, pero de buen corazón, y una monja que quedan aislados en una isla del Pacífico mientras intentan sobrevivir ocultándose de los japoneses durante la 2ª Guerra Mundial), pero ¡qué leches!, también se disfruta. En esta ocasión tenemos a Deborah Kerr y a Robert Mitchum en lo que serían la Hepburn y el Bogart de aquella obra maestra de Huston.

SU MAJESTAD DE LOS MARES DEL SUR (1954), de Byron Haskin. 

Si hay una cinta de aventuras con Burt Lancaster sólo queda disfrutarla. Aquí Haskin, que repite, se zambulle en las aguas junto a un marinero, unos indígenas y unos piratas para facturar esta entretenida película que a buen seguro agradará a los cinéfilos amantes del género.

TIERRA DE FARAONES (1955), de Howard Hawks. 

Obra maestra del maestro Hawks. Olvidada incluso dentro de la filmografía del maestro, es considerada una de las mejores muestras, por su rigor, de la vida en el antiguo Egipto y cómo se construyeron las pirámides, en este caso la de Keops. Guión de William Faulkner, maravillosa interpretación de Joan Collins y dirección de Hawks… ahí lo dejo.

TIERRAS LEJANAS (1955), de Anthony Mann. 

Cuarto western del dúo Anthony Mann y James Stewart. Realizaron cinco, todos ellos magistrales, “Winchester 73” (1950), “Horizontes lejanos” (1952), “Colorado Jim” (1953) y “El hombre de Laramie” (1955) son los restantes de una serie sencillamente ejemplar. De una dimensión más épica y amplia que otros, incluso entre los realizados junto a James Stewart, aunque no por ello significa que sea mejor. Es otra joya más donde se escenifica el progreso de una nación, la necesidad de la ley y el conflicto entre libertad, individualidad, libertinaje y totalitarismo, como lo era “El hombre que mató a Liberty Valance” (John Ford, 1962), que enfrentó a los pioneros y padres de una nación admirable. Muy recomendada para todo amante del Western y el Séptimo Arte. Obra maestra del género.



TODOS LOS HERMANOS ERAN VALIENTES (1953), de Richard Thorpe. 

Cinta que mezcla drama y aventuras navales dirigida por el correcto y competente Richard Thorpe y protagonizada por Stewart Granger, Robert Taylor y Ann Blyth. Correctas interpretaciones, buenos personajes, buena dirección, entretenimiento, espíritu épico…

ULISES (1954), de Mario Camerini y Mario Bava. 

Curioso Péplum dirigido por dos “Marios”, uno de ellos Bava, e interpretado por Kirk Douglas. Adaptando a Homero, tenemos un resultado más que solvente. Un gran relato de aventuras lleno de episodios brillantes y conocidos en el viaje del héroe hacia Ítaca.

VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA (1959), de Henry Levin. 

Una entretenidísima adaptación del clásico de Verne que encantará a los amantes de las aventuras y la Ciencia Ficción.


3 comentarios:

  1. Busco el título de una película,.....es en la segunda Guerra mundial,es un operador de radio en una isla japonesa y está solo y le viene una monja ,no estoy seguro si es monja ,con un montón de críos......y le joden la tranquilidad con la que él vivía,el actor es famoso,pero ese es el problema no recuerdo quien es.....si sabes cuál dime, gracias

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    1. Solo dios lo sabe, de john huston, con deborah kerr y robert mitchum...

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