ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO 2000 - Lo mejor del cine de ese año

domingo, 10 de noviembre de 2019

LAS MEJORES PELÍCULAS DEL AÑO 2000 - Lo mejor del cine de ese año

Memento.

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC


Y llegó el año 2000. A partir de aquí tenemos la que es, con casi toda seguridad (habrá que confirmarlo en estas listas), la peor década de la historia del cine, haciendo del remake y la secuela géneros con propia identidad, si bien es cierto lo de que las secuelas ha logrado cambiar la idea de que todas o la mayoría son inferiores a la original. No es un mal año este, con muchos títulos conocidos y algunos francamente notables, aunque no sean tan conocidos…

Amores perros.


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Las mejores películas de 2000
(lo mejor del cine de ese año)



ALTA FIDELIDAD, de Stephen Frears. 

Una pequeña joya. Adaptación de la encantadora novela de Hornby. Los melómanos románticos sabrán bien de qué habla y se sentirán identificados. El duro proceso de madurez.




AMERICAN PSYCHO, de Mary Harron. 

Adaptación del polémico y exitoso libro de Bret Easton Ellis. Harron lo logra con eficacia, aunque prescindiendo de mucho material, tanto escabroso como musical, de la novela.




AMORES PERROS, de Alejandro González Iñárritu. 

Tremenda presentación de Iñárritu con uno de sus mejores trabajos. Con cierto toque tarantiniano en su forma de narrar, pero en clave dura y realista, es un retrato lúcido y genuino del México urbano.


ANTES QUE ANOCHEZCA, de Julian Schnabel. 

La película que supuso la nominación a Oscar a Javier Bardem como mejor actor de reparto. Retrato de un espíritu libre perseguido por totalitarismos comunistas por su condición sexual.


ARMONÍAS DE WERCKMEISTER, de Béla Tarr y Ágnes Hranitzky. 

Cinta peculiar y personal, en un tono entre fantástico y onírico que es pura metáfora sobre los resortes políticos y el uso de los colectivos y su control sobre la libertad de los individuos.


BAILAR EN LA OSCURIDAD, de Lars von Trier. 

Bello y duro drama social con una destacadísima Björk, tanto en su trabajo como actriz como en la música que compuso para la película. Un musical tremendo, como evasión a una realidad insoportable.




BATTLE ROYALE, de Kinji Fukasaku. 

Antes que “Los Juegos del Hambre” llegó esta violenta distopía que se centra más en las motivaciones de los personajes, esos alumnos obligados a matarse, para explorar sus motivaciones. Perturbadora y sangrienta.


BILLY ELLIOT, de Stephen Daldry. 

Tremendo exitazo el de esta sencilla película que, en realidad, toca temas de una forma muy vista, si bien entrañable. La tolerancia y la búsqueda de los sueños contra la imposición totalitaria de las ideas y los prejuicios. El niño bailarín que logra el éxito en un entorno hostil.




BROTHER, de Takeshi Kitano. 

Amistad y yakuzas, temas bien conocidos y explorados por Kitano. Un buen thriller con ese pulso tan particular del director, capaz de lirismo y brutalidad, de ser sereno y directo. Un gran trabajo.




CADENA DE FAVORES, de Mimi Leder. 

Clásica cinta estadounidense sobre buenos sentimientos en medidos dramas. Muy eficaz en su bonita propuesta, bien interpretada, con buenas intenciones y mucho sentimentalismo.




CASI FAMOSOS, de Cameron Crowe. 

Más de música. Crowe rindiendo homenaje a su etapa de periodista musical y el Rock de los 70. Comedia dramática ágil y efectiva que se disfruta con sumo agrado.


CHOCOLAT, de Lasse Hallström. 

Una encantadora comedia romántica, con Johnny Depp y Juliette Binoche enamorándose en una atmósfera que linda con el cuento de hadas.


DESCUBRIENDO A FORRESTER, de Gus Van Sant. 

Adoro las películas sobre literatura. Esta, sobre la encantadora amistad entre un autor de tremendo prestigio que sólo escribió un libro y vive enclaustrado y ausente del mundo y un joven talentoso de los suburbios que adora el baloncesto y escribir, es un debilidad.


DESEANDO AMAR, de Wong Kar-Wai. 

Obra maestra del cine moderno. Un melodrama exquisito y tremendamente elegante. Francamente bella, hipnótica, atmosférica, sugerente, fascinante. Estéticamente deslumbrante. Paradigma de la sofisticación, un susurro delicado y de un cine anhelado.




EL BOLA, de Archero Mañas. 

Exitoso título de nuestro cine. Drama social que encumbró a su protagonista, Juan José Ballesta, que está espléndido. Buen retrato sobre la infancia y la adolescencia resistiendo en ambientes conflictivos.




EL EMPERADOR Y SUS LOCURAS, de Mark Dindal. 

Sorprendente cinta Disney de animación tradicional. Con un humor sin complejos, un tono nada remilgado, una ironía fresca y un toque gamberro, Mark Dindal nos regala esta joya poco valorada y bastante desconocida que sorprende en todos los sentidos. Su originalidad, su ritmo frenético, sus excelentes mecanismos narrativos, convierten a “El emperador y sus locuras” en un entretenimiento inteligente, agradable y repleto de talento. Tiene uno de los grandes secundarios del cine de animación: Kronk.




EL JARDÍN DE LA ALEGRÍA, de Nigel Cole. 

Una clásica y típica comedia inglesa, en tono y humor, que irremediablemente conquista. Estupenda para pasar un rato agradable y distraído.


EL PATRIOTA, de Roland Emmerich. 

La Guerra de la Independencia Americana, 1776. La familia, la guerra, la barbarie. Emmerich no escatima en medios ni en sangre para un efectivo espectáculo protagonizado por Mel Gibson.


EL PROTEGIDO, de M. Night Shyamalan. 

La mejor película de Shyamalan y una de las mejores, sino la mejor, del llamado cine de superhéroes. Original, cuidada, bien escrita (aquí el director suele pincha en ocasiones) y magníficamente dirigida, con pulso y talento para el suspense. Da gusto ver a Bruce Willis.




ERIN BROCKOVICH, de Steven Soderbergh. 

La película que le dio el Oscar a Julia Roberts. Basada en hechos reales, sigue las vicisitudes de una enérgica, avispada y decidida madre soltera en su cruzada contra una gran compañía industrial…


FREQUENCY, de Gregory Hoblit. 

Diálogo entre distintos tiempos, multiversos y teoría de cuerdas para un estupendo thriller fantástico que logra conmover y emocionar. Una entretenida y efectiva cinta.


GLADIATOR, de Ridley Scott. 

Uno de los grandes éxitos de Scott, que revitalizó el péplum y llevo al estrellato a Russell Crowe. Tiene momentos inolvidables, así como frases aún recitadas. Todo el poder visual de Scott en la Antigua Roma.




GRACIAS POR EL CHOCOLATE, de Claude Chabrol. 

Otro de esos títulos de aliento hitchcockiano del gran Chabrol. Sutil, elegante, perverso, un correcto trabajo.


GRANUJAS DE MEDIO PELO, de Woody Allen. 

Tomó un nuevo rumbo Allen con este film, que marca el inicio del declive o de esta fase que se aleja de las magistrales décadas anteriores. Quiso volver a la comedia más alocada, cosa que funciona a medias, sobre todo porque tanto los tiempos como él han cambiado. Es más, en muchos momentos sus intenciones zozobran dirigiéndose hacia una comedia más convencional e intelectual.




HAPPY TIMES, de Zhang Yimou. 

Sobre perdedores, apariencias y servidumbres en la sociedad actual. Un lúcido Yimou, correcto, aunque no sea una de sus obras grandes.


HOMBRES DE HONOR, de George Tillman Jr. 

Clásico y efectivo mecanismo de Hollywood, de esos que hacen casi sin querer y con suma brillantez, que en este caso reivindica la lucha personal y superación desde un contexto racista, como en tantas de este tipo… No ofrece sorpresas, pero sí lo que esperas con competencia.


INFIEL, de Liv Ullmann. 

Con guión casi autobiográfico de Bergman, una estupenda cinta que reflexiona sobre la infidelidad y sus consecuencias sin concesiones.




JOINT SECURITY AREA, de Park Chan-wook. 

Estupendo thriller coreano. Poco conocido, merece reivindicarse. Gran pulso narrativo, buena exposición de la situación coreana, gran fotografía y una trama atractiva. Todo es muy destacable.


JÓVENES PRODIGIOSOS, de Curtis Hanson. 

Otra película de tema literario… que por supuesto me encanta. Hanson, tras su éxito con “L.A. Confidential”, traía este proyecto radicalmente distinto a aquel. Quizá por eso decepcionó a algunos. En cualquier caso, es una estupenda comedia dramática con un excepcional reparto.


JUNTOS, de Lukas Moodysson. 

Una comedia dramática sueca que con la estructura de las historias cruzadas, ambientada en los 70, resulta todo un fresco generacional y social.


LA COMUNIDAD, de Álex de la Iglesia. 

Buen título de Álex de la Iglesia, que en clave de comedia negra y con una soberbia Carmen Maura logra un gran espectáculo con homenajes hitchcockianos y mezcla de géneros. No es que sea algo excepcional, pero sí merece la pena.




LA ISLA, de Kim Ki-duk.

Fue polémica y se hablo de ella, sobre todo por el uso que se le da a los anzuelos. Al final es un drama extraño donde todo es muy escabroso en una gran estética.


LA LEYENDA DE BAGGER VANCE, de Robert Redford. 

La gran depresión, el golf y ciertos tintes fantásticos para este agradable drama con un reparto de relumbrón.


LA VIUDA DE SAINT-PIERRE, de Patrice Leconte. 

Ambientada en el siglo XIX, tenemos un drama de época sobre las convenciones sociales, la rígida justicia, la reinserción y los prejuicios.


LAS FLORES DE HARRISON, de Elie Chouraqui. 

Excelente drama ambientado en la Guerra de los Balcanes. Retrato de un infierno a través de la mirada periodística. Crudo y duro documento, necesario, feroz, contundente.


LOS CIEN PASOS, de Marco Tullio Giordana. 

Retrato biográfico de Peppino Impastato, activista mafioso, en su crecimiento desde los años 50 hasta los 70. El auge de los movimientos sociales, la mafia, el comunismo. Un complejo conjunto en una película de gran prestigio.


LOS PADRES DE ELLA, de Jay Roach. 

Divertida comedia que fue todo un éxito y ha dado para varias secuelas. Saca un gran partido a sus situaciones y al dibujo de los personajes, donde destaca un desmadrado De Niro.


LOS RÍOS DE COLOR PÚRPURA, de Mathieu Kassovitz. 

Muy en la línea del thriller estadounidense, esta propuesta francesa resultó un éxito que tuvo secuela. Su gran baza, la historia macabra y su estética, muy conseguida.




MALÈNA, de Giuseppe Tornatore. 

Una oda a Monica Bellucci. Un simpático retrato del rural italiano en los años 40 y las obsesiones y pulsiones de la adolescencia en sus despertares. Pero lo dicho, todo es Monica.


MEMENTO, de Christopher Nolan. 

Christopher Nolan revolucionó el mundo del cine con su segunda obra, una película innovadora, original y que dejó fascinados a crítica y público. En “Memento” tenemos toda la esencia de un autor que ha ido desarrollándose y adquiriendo un prestigio enorme, hasta ser uno de los grandes referentes del cine actual. No sólo tenemos toda la esencia de Nolan, tenemos todas sus claves, constantes y virtudes. Una de mis favoritas, quizá la que más, del director, y eso a pesar de tener uno de los errores de guión más gordos del cine moderno de prestigio.


NÁUFRAGO, de Robert Zemeckis. 

Zemeckis en forma con un Tom Hanks que vivía sus mejores años. Pura narración cinematográfica capaz de hacer atractiva e interesante la aventura de un solo personaje (si obviamos a Wilson) en una isla. Gran obra con un final tan duro como triste.




NUEVE REINAS, de Fabián Bielinsky. 

Un gran éxito del cine argentino, también en nuestro país, gracias a un guión lleno de giros, engaños y trampas. Ricardo Darín vuelve a destacar.




O BROTHER!, de Joel Coen. 

Los Coen más traviesos adaptando la “Odisea” de Homero. Una comedia centrada en el sur profundo de los Estados Unidos. Una mezcolanza cultural y mitológica interesante y con sus buenos momentos, pero que resulta irregular en conjunto.




PARA TODOS LOS GUSTOS, de Agnès Jaoui. 

Interesante y notable comedia dramática francesa que vuelve a recurrir a las muy usadas historias cruzadas, muy en boga en esos años, para realizar un acertado y lúcido estudio sociológico.


PITCH BLACK, de David Twohy. 

Buena película de ciencia ficción y terror claramente tributaria de “Alien, el octavo pasajero” (1979). Una más que digna película que, conservando todos los tópicos del género, consigue alzarse por encima de la media gracias a una historia sencilla contada a través de personajes carismáticos, especialmente su protagonista, y a buenos e interesantes conflictos entre ellos, que mantienen el interés por la historia y lo que les ocurre a la vez que desarrollan ideas interesantes sobre la supervivencia y la naturaleza humana en situaciones límite.




POLLOCK, de Ed Harris. 

Retrató con acierto Ed Harris, tanto desde su interpretación como desde su dirección, la figura de Jackson Pollock, abarcando su vida artística y aspectos de la personal. Correcto título para amantes del arte.


PUEDES CONTAR CONMIGO, de Kenneth Lonergan. 

Otra estupenda cinta de Lonergan que muestra a gente sencilla con problemas cotidianos y dolores universales e íntimos. Un cine intimista, pero profundo y genuino. Fue el debut del director, que sólo tiene 3 películas en su haber.


QUILLS, de Philip Kaufman. 

Otro buen drama de época centrado en una figura emblemática, en este caso el Marqués de Sade. Se pretende replicar tanto el tono de su obra como describir la personalidad del autor. Gran trabajo del elenco de actores, que es espléndido.


REQUIÉM POR UN SUEÑO, de Darren Aronofsky. 

Cinta de culto y banda sonora que es ya un clásico. Efectista y muy dura, es un retrato brutal del estado del bienestar y la alienación urbana.




SNATCH. CERDOS Y DIAMANTES, de Guy Ritchie. 

La gran obra maestra de Ritchie. Muy gamberra, como un Tarantino dopado, como si Tarantino mantuviera una relación sentimental con el Dany Boyle de “Trainspotting”. Es una comedia negra que se sumerge en el mundo underground con absoluta desvergüenza, sin complejos. Hilarante, desfasada, trepidante, original… con unos personajes magníficos y uno de los mejores trabajos de Brad Pitt.




TIGERLAND, de Joel Schumacher. 

La película que lanzó a Colin Farrell hacia el estrellato. Narra la preparación de una serie de reclutas para la Guerra de Vietnam. Aunque tuvo buena acogida crítica, es un título correcto sin excesivos alardes.


TIGRE Y DRAGÓN, de Ang Lee. 

Soberbia cinta de artes marciales y fantasía que fue una auténtica virguería técnica. Lirismo y majestuosas coreografías que recogen lo creado en “Matrix” en cuestiones de cableado y luchas. Aventuras y espectáculo visual para uno de los títulos que más llamaron la atención este año, de un cineasta que iba saltando de género en género como si no costara.




TITANES, HICIERON HISTORIA, de Boaz Yakin. 

Un clásico en el cine de Hollywood, el del entrenador que encauza a un desastrado equipo de (baloncesto, hockey, beisbol, fútbol americano) para que logre éxitos que parecían imposibles y sus miembros maduren como Dios manda. Aliñado aquí con el tema racial, resulta, como casi siempre, efectivo.


TRAFFIC, de Steven Soderbergh. 

Gran fresco sobre el narcotráfico en México y los Estados Unidos, desde su recolección hasta las consecuencias últimas. Espectacular reparto y la mejor del dúo de exitosas y prestigiosas películas que estrenó Soderbergh este año. Su tratamiento visual también es notable.




TRECE DÍAS, de Roger Donaldson. 

Estupendo thriller político sobre la crisis de los misiles en plena Guerra Fría entre los Estados Unidos y URSS. Tiene ritmo, pulso y un gran trabajo de sus actores.
U-571, de Jonathan Mostow. Gran título bastante infravalorado dentro del género submarino. Un bélico dentro de la 2ª Guerra Mundial al que quizá penalizó el recuerdo de otros ilustres referentes, sin que desmerezca en absoluto. Es recomendable.


UN TIEMPO PARA LOS CABALLOS BORRACHOS, de Bahman Ghobadi. 

Dura y realista mirada sobre la sociedad iraní y la vida en sus calles. Un neorrealismo sin concesiones que hace reflexionar y sentir.


VATEL, de Roland Joffé. 

Un drama histórico más para este año. Lo más destacado, aparte de su gran reparto, es su excelente recreación de época y aspectos técnicos que la realzan.


X-MEN, de Bryan Singer. 

Una de las pioneras en el boom del cine de superhéroes que ha terminado siendo un género en sí mismo. Tiene defensores, pero más allá de la espectacularidad y del tributo al cómic, es complicado sentir afinidad e interés por la abundancia excesiva de personajes y poderes.




YI YI, de Edward Yang. 

Elogiadísima y larguísima cinta taiwanesa. Vidas cruzadas y gran cantidad de personajes que retratan una época, la de final de siglo, con sus alienaciones e insatisfacciones, sus inseguridades, temas muy recurrentes en esos años. Obra compleja y de enjundia.

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