ZEPPELIN ROCK: HUMBLE PIE - Humble Pie (1970): Crítica review

sábado, 23 de noviembre de 2019

HUMBLE PIE - Humble Pie (1970): Crítica review


por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia




Quizá sean impresiones de uno, pero tengo que decir que los primeros acordes de este álbum te predisponen: Live with me es como hacer el amor a tu novia un domingo por la tarde en el sofá. Empiezan suave, con ese teclado al que se van uniendo el resto de los instrumentos, luego se acelera un poco, se frena, vuelve a coger velocidad, la guitarra se suelta, después la batería presiona, el teclado grita (tremendo solo) y, al final, el estruendo que eclosiona tras casi ocho minutos de inolvidable rocanrol.




Tercera obra de la banda que capitaneaban por entonces Steve Marriot (cantante, guitarra, teclista) y Peter Frampton (guitarra, teclista y ocasional cantante), junto al bajista Greg Ridley y el batería Jerry Sherley. Producido por el increíble Glyn Johns, representó el salto al rock duro de Humble Pie, pero mezclando muchas texturas diferentes.

Para mi placer, las canciones más roqueras se llevan la palma. Ahí está I’m ready (versión de Willie Dixon) con un riff inolvidable y una interpretación bestial; cuando cantan a coro el estribillo y salta después el solo, se pone uno a bailar como loco. También, del mismo palo, Red light mama, red hot (muy explícita) con un ritmo y una melodía marca de la casa; me gusta especialmente Marriot en este corte, pero no puedo dejar de nombrar el trabajazo de Ridley, acojonante, y la parte final del tema, con unos músicos en éxtasis. Y la breve One-eyed trouser-snake rumba tampoco te deja indiferente: heavy rock del 70.




El álbum contiene dos corte enmarcados en el country-rock. Shirley compone y canta Only a roach, sobre alguno de sus vicios (en especial el cannabis) y Marriot se despacha a gusto con su antigua compañía de discos y manager en Theme from skint (see you later Liquidator). En esta última, la banda hace un jugoso arreglo vocal e instrumental.

¿Qué más quieres? Pues dos temas íntimos, con una base acústica. Una joyita de Frampton titulada Earth and water song (qué progresión tan bonita) y otra de Ridley que tampoco se queda lejos, Sucking on the sweet wine.





El trabajo se presenta con una portada provocadora aunque relativamente sencilla con pechos al aire incluidos, original del dibujante del siglo XIX Aubrey Beardsley, famoso por su tendencia a lo grotesco y lo erótico; el dibujo se titula “the stomach dance”.

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