ZEPPELIN ROCK: Black Sabbath - Paranoid (1970): Crítica del disco (review)

sábado, 10 de marzo de 2018

Black Sabbath - Paranoid (1970): Crítica del disco (review)



por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia




Paranoid, ese clásico de Black Sabbath, fue grabado en julio de 1970 y editado en septiembre de ese mismo año. Contiene temas emblemáticos en la historia de la banda como "War Pigs", "Iron Man" o "Fairies Wear Boots". Se llegaron a a vender cuatro millones de copias sin apenas apoyo radiofónico o institucional y se ha convertido en uno de los álbumes más influyentes en la historia del hard rock y el heavy metal.




Por una parte, mantiene el sonido doom de su primer álbum homónimo (publicado apenas unos meses antes); por otro, se abre a texturas más melódicas. Black Sabbath no utilizó referencias satánicas en las letras, ni cruces invertidas, ni nada por el estilo, pero el sonido no deja de ser inquietante, oscuro, ciertamente hipnótico. Aquí tenemos el sonido Sabbath en su máxima expresión: la guitarra de Tony Iommy acumulando riffs, el bajo de Terry “Geezer” Butler copiando los riffs y marcándolos, la batería de Bill Ward mandando ráfagas demoledoras sin perder cierto espíritu jazz y la reconocible e inclasificable voz de Ozzy Osbourne. La producción corrió a cargo de Roger Bain en los Regent Sound y los Island Studios.

Abre el disco "War pigs". Una canción contra la guerra, sobre todo contra la guerra de Vietnam, entonces en plena ebullición. El inconfundible Ozzy canta entre los sonidos instrumentales hasta llegar a la parte central donde todo se desata y la rítmica composición nos lleva hasta el primer solo de infarto de Iommy. El final de la canción es un instrumental con cambio de tono que solían alargar en directo.




"Paranoid" se basa en uno de los riffs de guitarra más famosos de la historia del rock. Tony Iommy presume de haber escrito la canción en cinco minutos y declara que, en principio, estaba destinada a ser una cara B. Cuando llegó al número 4 de singles en el Reino Unido y el 12 en Estados Unidos hasta los miembros de la banda se sorprendieron. Este éxito les llevó a programas como Top Of the Pops, lo más en la televisión musical británica de la época. Tiene el privilegio de ser la última canción de los conciertos de Ozzy (con y sin la banda) desde entonces. Qué decir de este portento: uno de los mejores temas de la Historia.

La hipnosis nos abraza en "Planet Caravan", un tema que da tregua tras el destructivo Paranoid. Los efectos sonoros mezclados con el trabajo de percusión nos acercan a una imagen psicodélica. Delicado trabajo instrumental.

Llegamos a otra de las grandes: "Iron Man". Otro inolvidable riff que durante seis minutos enseña al mundo cómo hacer una canción de heavy metal sin ser un velocirraptor de las seis cuerdas. De nuevo la voz de Ozzy se mezcla estupendamente con los instrumentos. La parte central de la canción, con el solo de Iommy, inolvidable.




Me encanta la guitarra de "Electric Funeral". Esa forma de trabajar el ritmo y la ambientación, el apoyo soberbio de bajo y batería y de nuevo Ozzy. Canción de múltiples interpretaciones, intentaron llamar la atención sobre la progresión nuclear. Hay un cambio de ritmo extraordinario a los dos minutos que da una vida nueva al tema.

"Hand of doom" hace honor a su nombre y nos entierra en un sonido oscuro mezcla de ácido y mala leche. Una melodía genial apoyada en un combo rítmico que se sale. Cómo convertirse en un dios de la batería sin estropear los parches. Contiene una parte central más dura que se reinventa al final mezclándose con la parte inicial. Genial composición deudora seguro de la química de la que el grupo era tan asiduo.

Tras la instrumental "Rat Salad", donde se lucen los tres instrumentistas (pedazo de trabajo de Tony, solo de batería de Ward), se cierra el álbum con otra genialidad melódica titulada "Fairies wear boots", donde reconocen implícitamente su abuso de sustancias (he visto a las hadas vistiendo botas y bailando con enanos/ fui al doctor y me dijo: hijo, has ido demasiado lejos porque fumar y “viajar” es todo lo que haces). Fabuloso riff, guitarras solistas de infarto y un inolvidable Ward.




Imprescindible álbum que, en el año 1970 y en tan solo 42 minutos, muestra el camino al heavy rock y sigue siendo una piedra angular (primitiva) del sonido que tanto nos gusta.

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