ZEPPELIN ROCK: The Doors - Strange Days (1967): Crítica review

miércoles, 27 de septiembre de 2017

The Doors - Strange Days (1967): Crítica review


por Alberto Iniesta (@A_Maqueda_8)
del blog Discos




Este lunes cumplió cincuenta añazos mi disco favorito de los Doors, Strange Days, y me apetecía hacerle un buen homenaje. ¿Por qué? Nos sobran los motivos, que diría un fan de Sabina. Bueno, más allá de que sea mi LP preferido dentro del catálogo imprescindible del rey lagarto y sus secuaces (brillantes músicos, conviene recordarlo), también siento que no se ha hecho justicia con este disco, en exceso a la sombra del debut con esa maravillosa portada, el Morrison Hotel con ese aroma a blues tan apetecible y el L.A. Woman que, probablemente, contenga la mejor canción de los Doors: Riders On The Storm. Es cierto que esos tres discos son historia viva de la música, pero me parece un error no poner este segundo álbum a su misma altura. Y es que hay muchos (demasiados) que piensan que este disco empieza y acaba con People Are Strange. Nada más lejos de la realidad: en las siguientes líneas degustaré el disco a fuego lento para demostrarlo. ¡Música, maestros!




Las revoluciones suben un poco más de lo habitual para arrancar a toda máquina con la canción que titula al disco. Nos vemos sacudidos por una melodía sublime que cuenta con Jim Morrison al sintetizador Moog para darle más fuerza a la canción (y vaya si lo consigue), logrando un resultado apabullante. En la balada You’re Lost Little Girl demuestran saber desenvolverse igual de bien en temas más reposados, con un Jim Morrison canta con una voz que suena incluso tierna por momentos.



El riff que pone en marcha el Love Me Two Times es simple pero efectivo, acompañado por una letra no mucho más compleja con un descarado aroma a single. Realmente curioso cómo en tantas y tantas ocasiones la simplicidad y el éxito van de la mano. Con Moonlight Drive llega uno de los momentos más brillantes del disco. Su secreto está en un blues perfecto que gana enteros con ese solo tan minimalista y a la vez tan poderoso, cortesía de Mr. Robby Krieger, que hace un trabajo excelente, a menudo en la sombra, a las seis cuerdas.




La cara b se abre con ese himno a los raros, marginados, diferentes, en definitiva, que es People Are Strange. El hecho de que esté demasiado trillado (como si los Doors tuvieran pocas canciones buenas) no quita que sea una canción esencial, y mucho más consistente que la mayoría de singles de la época. I Can’t See Your Face In My Mind se encuentra entre lo más triste que escribió Jim Morrison, y tanto musicalmente como líricamente es una auténtica joya. “No necesitaré una foto tuya hasta que nos digamos adiós”. Esas palabras, saliendo de la garganta de Jim, hacen de la canción algo sobrecogedor.




Y, llegados a este punto, llegamos al himno absoluto del disco, When The Music’s Over: once minutos donde lo experimental y lo progresivo se unen para regalarnos una canción que no deja de sorprender a cada escucha. Canciones como esta son las que elevan un muy buen disco a la altura de clásico. La letra deja algunos mensajes cuyas intenciones hablan por sí solas: “queremos el mundo, y lo queremos ahora”, canta Jim al tiempo que una lluvia de acordes cae sobre la persona que la escucha. No cabe duda de que lo conquistaron (el mundo), pero sin duda fue por canciones como esta. Pasarán otros cincuenta años y, quién sabe, quizá el título de este disco siga siendo un fiel reflejo de lo que estemos viviendo, como ahora…


Moonlight Drive
https://www.youtube.com/watch?v=uCX8VJIYgM8

I Can’t See Your Face In My Mind
https://www.youtube.com/watch?v=p0TRzTSIQI8

When The Music’s Over
https://www.youtube.com/watch?v=YkKRU1ajKFA

Visita DISCOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario