ZEPPELIN ROCK: Monophonics - Sound of Sinning (2015): Crítica del disco Review

miércoles, 13 de mayo de 2015

Monophonics - Sound of Sinning (2015): Crítica del disco Review


por Addison de Witt (@Addisondewitt70)




Monophonics es una de esas bandas que están muy férreamente ubicadas tanto estilística como anímicamente, diría incluso que temporalmente, es decir, que ocupan unas coordenadas espacio-temporales muy delimitadas y evidentes a tenor de lo que su música indica.



Y las coordenadas a las que nos conduce su música nos marcan el San Francisco del legendario verano del amor, aquel dominado por el sonido psicodélico, aquel que aceptaba cualquier influencia, cualquier sonido étnico o local, tradicional o vanguardista, urbano o tribal, blanco o negro... lo que fuera con tal de experimentar y transmitir artísticamente un estado de ánimo basado en el amor, y su consiguiente trasfondo traducido en esperanza, fe y paz.




La banda californiana basa su sonido en el soul, salpicado de fosforescencias psicodélicas, con guiños febriles al funk, rocosos al rythm & blues o incluso en clave de preciosismo melódico al pop sixtie del otro (este) lado del Charco.

Su sonido resulta calenturiento y frondoso, húmedo y sensual, denso pero de fácil paso melódico, adictivo y anfetamínico, soul limpio pasado por el caleidoscopio de Lennon.

En este cuarto álbum: "Sound of Sinning", la banda certifica la madurez que ya empezaba a ser visible en su predecesor: "In Your Brains" (2012), y consigue redondear su disco mas compacto y rico en matices, gracias a sutiles, moderados y acertados aportes estilísticos perfectamente dosificados por una impresionante labor de producción a cargo de: Kelly Finnigan (voz y teclas) y Ian McDonal (guitarras).

Acompañan a las dos cabezas más visibles en el que según las crónicas es un apabullante directo: Myles O'Mahony (bajo), Austin Bohlman (batería), Ryan Scott (trompetas y percusión), y sin pertenecer a la formación un refuerzo en vientos formado por Nadav Niremberg e Ikebe Shakedown.



Pero vamos con el disco, si a ustedes gustan las ardientes y anfetamínicas proclamas de individuos como Sly o Ike, los sonidos efectivos y envenenados de Santana, y se sienten atraídos por el pop lisérgico de The Zombies, The Beatles o The Beach Boys, sin hacer ascos por esto al quimérico pero embriagador espíritu de Janis and company en aquel verano del amor del 67, déjenme recomendarles este disco; bueno, este discazo descomunal que se han marcado estos Monophonics, si no lo conocen les gustará (sospecho).

Si ya hemos comentado la enjundia del sonido, no es menos cierto que la palabra para calificar la construcción melódica de todas y cada una de las canciones es impecable, no falta ni sobra una nota, y desde luego la ejecución es impoluta, perfecta.



Esto queda patente desde el principio, con la ácida y lujuriosamente bailable "Lying Eyes", tema que engancha y te deja atado a lo que resta de disco.

El tema que da titulo al trabajo es un corte mas lisérgico y funk, lleno de ataques cítricos de tono setentero y lascivo, en cambio "La la la Love Me" es un soul húmedo y con romántico olor a salitre, típico Cisco, puro muelle, terrible hammond, embelesadores coros.

Trallazo de colorista funk blanco de tonos fosforescentes y un estribillo irresistible, excelente tema "Promises". Calma y letargo de temperaturas y ansias con la solemne y pantanosa "Falling Apart", todo pasión, todo soul, todo fuego, no se la pierdan...

Invitación a bailar con la suculenta colección de sonidos orquestales de aire cool, coros celestiales y pose tradicional, terciopelo y dorados en el alma de un tema genial como este: "Hanging On", y tras el baile un cinematográfico corte de exquisita orquestación, estribillo que te atrapa como en una espiral de vientos y coros, se trata de "Strange Love".

El tema más pop y digerible es "Find My Way Back", aunque el soul pone sus reglas y la voz de Finnigan sangra de dulce aspereza, otra joya total que nos empuja para caer en un agujero negro de peligroso sonido lisérgico de oscuras guitarras e infecciosa melodía, se cierne sobre nosotros los ecos de un ácido pasado comandado por la lujuria sónica y la concupiscencia llamado: "Holding Back Your Love".

Preciosa y vaporosa "Too Long Feat", dificilmente se puede escuchar hoy algo que suene tan profundo, tan racial, tan bello, tan pasional, imprescindible la aportación del francés Ben L'Oncle Soul, de portentosa materia vocal y sentida actitud interpretativa.

Y cierra el disco "Everyone's Got", un experimento coral, donde dan rienda suelta a la multi-instrumentalización de que hace gala su delicado, enfermizo y suntuoso sonido.

No sé si este será uno de esos discos que guste a todo el mundo, yo tengo claro que será uno de mis favoritos en este ejercicio. Por probar no se pierde nada, yo lo escucho y viajo de la más alarmante promiscuidad al mas aterrador deseo de descoyuntar huesos bailando, a una infinita necesidad de contemplar el mar desde el muelle (de San Francisco, claro).

©Addison de Witt

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