ZEPPELIN ROCK: Hiss Golden Messenger - Lateness of Dancers (2014): Review Crítica del disco

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Hiss Golden Messenger - Lateness of Dancers (2014): Review Crítica del disco



por Addison de Witt (@Addisondewitt70)


No digo que sea lo normal, pero no es extraño en absoluto que la irrupción de un disco traído a la blogosfera por algún camarada de postín, como en este caso el Señor del Cierzo don Jesús, termine pasando por los oídos de los diferentes blogeros que la formamos, comunidad que parece amplia pero que realmente no lo es tanto, y cause un pequeño alboroto en el que todos, o casi, coincidimos en elogios y parabienes para con el artefacto en cuestión.


Esto es lo que hasta hace poco estaba ocurriendo con el último álbum: Lateness of Dancers de este dúo de Carolina del Norte que responde al nombre de Hiss Golden Messenger y que reconozco hasta hace unos meses desconocía del todo.

Y debo decir que me he volcado con el disco tras conocer las apasionadas crónicas y comentarios que he leído e incluso escuchado a viva voz a mas de un comentarista musiquero sobradamente respetado y admirado por mí.

Tal vez las expectativas previas causaron un equívoco en mis deseos que propiciaron una composición de lugar que no tenía demasiado que ver con lo que finalmente escuche en la hora de la verdad de pinchar el disco.



Pues lo que escuché es un disco de bonitas canciones cantadas con una hermosa y broncínea voz por M.C. Taylor, autentica alma de la formación, que miran a la tradición folk del país del Tío Sam, líricos lamentos flotando en los aires cálidos de la pradera y bellos deseos que duermen su amanecer a las orillas del Mississippi, esperando el crepúsculo para brillar en todo su esplendor y desperezarse.

Entre las corcheas que construyen los temas nos encontramos las sombras de JJ Cale, muy presente en la apertura, la bonita "Lucia". En los huecos de magia que quedan entre voz y violines susurra al oído de Taylor, el mas campestre Bob Dylan, insuflando su fraseo mágico, que es recogido por nuestro protagonista de forma admirable: "Drum" es un buen ejemplo de lo que digo, canción que cierra el disco dejando un muy buen sabor de boca.

"Mahogany Dread" es posíblemente el corte que mas me gusta de todo el disco, perfectamente identificable dentro de la atmósfera de un hipotético "Harvest" del siglo XXI, es un precioso medio tiempo cantado con un delicado fraseo y avellanado timbre.

Preciosa balada de piano: "Day O Day (A Love So Free)", con unos coros de órdago para embelesar el estribillo.

El blues viene de visita en un par de temas, mas atenuado de lo que nos acostumbran los texanos ZZ-Top, pero con similar actitud en la firme y machacona "I'm A Raven (Shake Children)", y también hace un guiño, escondido tras la húmeda melodía de "Souther Grammar", blues que suena como cuando Dylan los canta reinventando el género.

Country con piano en "Saturday Song" y profundidad en la elegante y oscura: "Lateness of Dancers", también con el piano como protagonista y nuevamente vocalidad arenosa y quemada por el sol, me recuerda al Neil de pajar y mazorca de maíz, estupenda.

Completan el trabajo "Chapter & Verse" y un tema que bien podría esperarse en aquel Bruce que parece perdido para siempre, cuando miraba en blanco y negro las infinitas carreteras que atraviesan "Nebaska", el épico "Black Dog Wind (Rose of Roses)".

Alguno pensará: - Pues no ha puesto tan mal el disco -; No!...es que no es en absoluto un mal disco, la diferencia entre esta reseña, hecha con respeto y sinceridad, y otras, creo que estriba en la pasión, no tan presente en mis lineas ni en los latidos habidos en mi mientras las escribía, y evidentemente si en lo aportado por amigos que desprendían felicidad y emoción en sus comentarios.

Tampoco me parece un disco en el que encontremos nada especialmente nuevo, si bueno, bueno en construcción y ejecución, agradable paseo melódico con una voz excelente de protagonista, pero no mucho mas, no me ha sorprendido llegando hasta mi corazón como un estilete de dulzura como si hicieron los últimos trabajos de Jason Isbell, Danny & The Champions of The World o Malcolm Holcombe, que pueden tener ciertos puntos en común.

En estos aspectos radica, entiendo, la diferencia, y ciertamente lamento establecerla precisamente yo, lo he intentado de veras, quería sentir lo que mis amigos, e incluso mi hermano también (otra voz autorizada), esta encantado con este artefacto, pero gustándome, pareciéndome un muy buen disco, no me alcanza como otros...bueno me imagino que en estas cosas está también la gracia de todo esto ¿no?

©Addison de Witt

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