ZEPPELIN ROCK: Crítica de la película Los juegos del hambre: En llamas (Francis Lawrence, 2014)

sábado, 30 de agosto de 2014

Crítica de la película Los juegos del hambre: En llamas (Francis Lawrence, 2014)


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC


Esta saga de “Los juegos del hambre”, creada por Suzanne Collins, es digna de elogio en muchos aspectos. Habituados a sagas juveniles insustanciales, tópicas y que se sirven de clásicos para dotarlos de un insufrible, superficial y comercial romanticismo de tres al cuarto, la saga que nos ocupa apuesta por unas reflexiones muchos más agudas y adultas, creando una distopía potente donde se aprecian notables influencias y espíritu crítico sano y contundente, que la aleja de los “Crepúsculos”, los “Harry Potter” y similares de una manera radical.


Defendí la primera adaptación de esta saga sobre todo por lo que no me esperaba, un contenido y carga de profundidad notables, un buen estudio sobre la manipulación mediática, el poder de los medios de comunicación y su utilización desde un estado totalitario. En cambio, por culpa de una dirección algo titubeante, el momento del juego en sí resultó algo pobre, con escenas de acción mal rodadas y confusas y un desarrollo dramático al que le faltaba algo más de elaboración.




Esta segunda entrega de las aventuras de Katnis Everdeen (Jennifer Lawrence), esa mezcla entre personaje de “Dragones y mazmorras” y Légolas de “El señor de los anillos”, funciona como puente hacia la última, por lo que a nivel dramático y de ideas no ofrece nada nuevo, incluso su estructura es calcada a la primera, preparativos y juego, minimizando su crítica a los medios de comunicación, aunque aún se mantiene, y centrándose más en el entramado político pre-revolucionario. Donde esta cinta de Francis Lawrence, director que se encuentra como pez en el agua con este tipo de películas donde se mezcla futurismo y primitivismo, con la naturaleza como protagonista, ya lo vimos en “Soy Leyenda” (2007), triunfa es en las escenas de acción y aventura, el último tercio de la película, el juego en sí, que era lo peor de la anterior, con una dirección mucho más competente y escenas mucho mejor rodadas.




Siendo casi un calco de la anterior es evidente que las manifiestas influencias que se apreciaban en la cinta original se observan también en esta que nos ocupa. “Battle royale” (Kinji Fukasaku, 2000); “El señor de las moscas”, la novela de William Golding; “Los inmortales” (Russell Mulcahy, 1986); “Perseguido” (Paul Michael Glaser, 1987); “Depredador” (John McTiernan, 1987), “La fuga de Logan” (Michael Anderson, 1976), “Network” (Sidney Lumet, 1976), “El show de Truman” (Peter Weir, 1998), “El malvado Zaroff” (Ernest B. Schoedsack e Irving Pichel, 1932)…

Los personajes de “En llamas” son casi arquetipos, símbolos. Katnis (Jennifer Lawrence) es la revolución, un personaje que en esta segunda entrega se define ya como un claro problema y peligro para el sistema. Peeta (Josh Hutcherson) es la pureza, además no hay nada que no le pase a él, aunque esa pureza y humanismo será la que le haga ganar enteros con Katnis; Gale (Liam Hemsworth) es el heroísmo en estado puro; Effie pura apariencia vacua…




Por fortuna, los aspectos más románticos aparecen minimizados, aunque es lo menos interesante de la saga. Resulta curioso que se le dé casi más importancia dramática en esta segunda entrega a Rue, la pequeña muerta durante los juegos en la primera parte, que en el título precedente, aspecto que trata de compensar la poca que tuvo en aquella con respecto al libro.

Una de las grandes virtudes de la saga, y en especial de esta cinta, es que consigue encontrar ternura en muchos de estos personajes rotos, bondad. Ahí tenemos los ejemplos del borracho Haymitch (Woody Harrelson) o la superficial Effie (Elizabeth Banks).

La mentira, las falsas apariencias, la farsa, siempre vinculados a los medios de comunicación como opio del pueblo, definen el estado totalitario que se nos presente. Un mundo vacuo, vacío, tan fascinante como falso, doloroso, mezquino y depravado. Parejas falsas, matrimonios falsos, gira de conveniencia, relaciones de amistad por puro interés…




La mitología de la saga sigue desarrollándose y expandiéndose, nuevos rivales y participantes, así como una nueva “arena” para que los personajes se maten exóticamente y encuentren aún más dificultades.

Hay muchas reminiscencias a la antigüedad en ese look que presenta la película, por ejemplo con el mundo romano, algo coherente con esos participantes que en realidad son sacrificios humanos, tributos, a ninguna deidad…

Podemos disfrutar de Philip Seymour Hoffman en un ambiguo papel, lo que siempre es un placer, sobre todo sabiendo que desgraciadamente ya no volverá a deleitarnos con su arte en nuevas películas (salvo las que queden por estrenar).

Por supuesto, esta adaptación, como la anterior, resulta tremendamente blanda con respecto a los libros. La intención de hacerlas más accesibles a todo tipo de público es evidente, pero sigue dando más que otras cintas de su estilo. Además resulta bastante previsible en todo su desarrollo, salvando algún giro aceptable.

Una segunda entrega que es más de lo mismo aunque con una dirección algo más aseada para los momentos de acción.

©Jorge García

1 comentario:

  1. Es sin duda una película muy entretenida y nada fuera de lo real. Los Juegos del Hambre no se pueden comparar, como dices bien en tu crítica, con Crepúsculo. Tienen más que una historia de amor.

    ResponderEliminar