por Fabián Castillo Molina
¿Por qué se usa tanto el oro en los máximos galardones del cine? No en muchos casos las películas que consiguen unir esos títulos a su currículum son un canto a la libertad sin dinero, sin oro, sin riquezas. No son muchas las obras humildes, realizadas con bajo presupuesto las que alcanzan premios tan dorados, pero en todas coincide la alta dosis de entusiasmo y ganas de resaltar lo mejor del ser humano.
Oscars de Hollywood (de oro)
Cada uno puede hacer su lista de mejores títulos en los que el dinero no sea lo principal, donde apenas se mencione ni se maneje la moneda de cambio, ni plata, ni oro, ni diamantes, ni koltan. Pero alrededor de casi todas se palpa, se menciona o se intuye la carencia del vil metal y muy cerca, la abundancia de él y el deseo de tener más y más en una espiral sin fin.
Globos de Oro (Hollywood)
Recuerdo algunos títulos así de pasada sin echar mano de internet: El chico, ¡Qué bello es vivir!, No amarás, Las uvas de la ira, El acorazado Potemkin, Hugo, Viridiana, Plácido, El verdugo, Ladrón de bicicletas, Avaricia, Alemania año cero, El evangelio según San Mateo, El viaje de los comediantes, Viaje a ninguna parte, A través de los olivos. Podría extenderme mucho más como cualquier aficionado al cine, pero para este propósito es suficiente. Solo quiero llamar la atención sobre la inmensidad de concursos, certámenes y premios internacionales de cine que funcionan y ver cuál es el motivo principal por el que acuden a ellos todos los involucrados en lo que ahora se llama la industria cinematográfica y que hace no demasiados años se le conocía como el séptimo arte.
León de Oro (Venecia)
Hace unos días leí una entrada en la que se publicaba la relación de películas con mayor recaudación durante 2012. Varios títulos superaban los mil millones de dólares de recaudación, cifra mareante que hace suponer que sus productores ya han amortizado lo invertido durante el primer año de exhibición de la película. También es muy probable que en poco tiempo los beneficios que aportará el film a los socios de la productora serán inconfesables, sin embargo en ningún caso se habla de una pequeña desviación de esos beneficios para atender las desigualdades sociales, o directamente para evitar la muerte por hambre o enfermedades remediables en países del llamado tercer mundo o incluso en algunos de los llamados países ricos, aunque fuera financiando documentales sobre esa situación de injusticia social y difundiéndolos por todos los medios.
Espiga de Oro (Valladolid)
Hay verdaderos defensores del cine como arte y apasionados durante toda su vida por todo lo que sea imagen en movimiento como Jonas Mekas, el único cineasta y loco por el cine que fue capaz de editar y publicar 365 cortos en un año, uno por día y ponerlos en la red. Ha cumplido 90 años en diciembre y sigue haciendo cine. Su pasión sigue tan viva como siempre. Pero todavía le lleva más de diez años de ventaja el director portugués Manoel de Oliveira que rodó en 2009 ya con cien años cumplidos en 2008, Singularidades de una chica rubia.
Oso de Oro (Berlín)
Hay miles de apasionados y convencidos de que el cine podría ser el mejor medio para cambiar el mundo. Sin duda para ellos es el medio que reúne las mejores condiciones para aglutinar lo esencial de las artes y también para mostrar lo mejor del ser humano: música, poesía, pintura, arquitectura, naturaleza, sentimientos, humanidad, solidaridad, humor, belleza... todo lo mejor que podamos imaginar puede incluirse en una película y todo ello podría encauzarse hacia el bien. Para contar la verdad, para crear conciencia y solidaridad con los que más lo necesitan. ¿por qué no se hace más? ¿Es que todo lo que hay que perseguir es el beneficio económico? ¿Es esa la razón por la que tantos premios tiene el oro como emblema y nombre. ¿Es el color del oro el mejor para atraer al público?
Palma de Oro (Cannes)
Manoel de Oliveira recibió la Palma de Oro en el festival de Cannes cuando tenía 99 años y dijo como homenaje al cine con su bastón en alto: “El cine me ha ayudado a crecer. ¡Viva el cine!”
Haremos un recorrido sin prisa por los diversos premios y premiados en próximas entradas.
©Fabián Castillo Molina
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