ZEPPELIN ROCK: TWISTED SISTER - Love is for Suckers (1987): CRÍTICA Review

sábado, 17 de septiembre de 2022

TWISTED SISTER - Love is for Suckers (1987): CRÍTICA Review

 

por Rockología (@RockologiaTwit)
del blog Rockologia


Después del éxito de Stay Hungry (1984), que alcanzó el doble platino en los Estados Unidos, la lucha mediática contra las damas censoras del PMRC y la edición de Come out and play (1985), que consiguió el disco de oro, el cantante Dee Snider estaba cansado de su vida roquera en la banda. Quería parar, un paréntesis, y recobrar la mala leche de Twisted Sister con sus colegas unos años después. Compuso canciones para un disco en solitario: buscó a músicos distintos y por allí aparecieron Kip Winger, Reb Beach, Steve Whiteman (Kix). Beau Hill se encargó de producir unas canciones ya medio hechas donde el toque pop que Snider siempre había tenido se imponía a los ganchos metaleros de las producciones anteriores. Pero qué le vamos a hacer, la compañía le obligó a editarlo bajo el nombre de la banda. Y se armó el lío.



De este álbum se ha dicho de todo. Abandonaron la rudeza, las pintas agresivas, los malos rollos y compraron todos los clichés de la época: baladas de amor, himnos tabernarios, teclados en primer plano, overdubs y ecos por todos lados. Han dicho que es un «insípido disco de pop-metal» o que «está lleno de sonidos copiados de sus contemporáneos» o que «ningún fan de la banda cantaría esos estribillos». Al que sería último disco y pasaporte a la ruptura durante casi veinte años se le ha calificado como flojo, pomposo y popero. Que no hay buenas canciones. En definitiva, un disco olvidable.

No se puede negar que la producción y la forma de componer y arreglar las canciones no sigue el camino trazado por Twisted Sister en sus discos anteriores: Dee y Beau Hill querían sonar, precisamente, pomposos y mezclar las melodías pop y los estribillos pegadizos con guitarras y baterías más duras. De hecho, Twisted Sister ya lo habían hecho antes, pero dejando el peso mayor en la parte metalera. Aquí se invierte.


En primer lugar, Snider canta con una convicción y una entrega entusiástica, y todas las canciones cuentan con una línea melódica trabajada y pegadiza. El comienzo con Wake up (the sleeping giant) podría estar en sus discos anteriores, quizá la más ruda, igual que la canción Love is for suckers, que corre con un buen riff y un estribillo con mala leche. Un rollo similar, aunque ya más adornadas, encontramos en Tonight y la final Yeah! Right! con esas estrofas de voz-batería cortadas por las guitarras y los gritos.

Las más melódicas ya suenan a otra cosa, y ahí está, quizá, el lastre del álbum; que queremos escuchar a Twisted Sister y ya no aparece más. ¿Y son malas? El single Hot love presume de unas fantásticas guitarras con otro conseguido estribillo, Me and the boys roquea al estilo de Leader of the pack, por ejemplo, y I want this night to last forever es un estupendo ejercicio de pop rock. ¿Falta azúcar? La balada You are all that I need la tiene toda, con una letra manida y teclados repetidos en cien cortes iguales; pero Snider la canta con tanto ¿amor? ¿énfasis? ¿entrega? que resulta adorablemente pegajosa.

La banda se separó un par de meses después, hasta el 2004. En todos estos años de gira tan solo han rescatado algún tema suelto. Snider contó en sus memorias «quería hacer un álbum en solitario, un disco más comercial, quitarme de encima el arsenal de Twisted Sister y tocar con músicos de fuera». Y vaya si lo logró. La aventura le salió torcida y la competencia MTV de aquellos años acabó con cualquier segunda oportunidad.

Creo que suficiente para que te pongas a escuchar como se merece este Love is for suckers. Y si ya lo amabas antes, para recrearte una vez más.

1 comentario:

  1. Estos tios eran la caña, favoritos de siempre. La piruleta de la portada me parece espectacular también.

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