ZEPPELIN ROCK: CRÍTICA del álbum de HELLOWEEN "Keeper of the Seven Keys. Part 1": Reseña

martes, 19 de julio de 2022

CRÍTICA del álbum de HELLOWEEN "Keeper of the Seven Keys. Part 1": Reseña

 

por Jv. Hell (@TiemposHeavys)

del blog Metal Morfosis

La conversación transcurrió más o menos así: "... Pues yo tengo una cinta de un grupo heavy, la grabé de la original que me dejó un amigo que tengo de Madrid, cómo se llama el grupo? Jellowir? Heloweere? Seguro que es heavy? si, si, es heavy, si me das una cinta te la grabo, Ah, guay, pero seguro que es heavy? Jelouvire no me suena de nada? Como si conociera muchos grupos de heavy metal. Seguro, seguro."



Y ahí estaba yo, en el salón de mi casa, con el radiocasete enchufado y listo. Había salido del cole directo a casa como un loco para escuchar la casete TDK grabada. En mi mano la caja que contenía la cinta con el nombre de la banda, sin títulos de canciones ni nada, jellowir en boli rojo y encima heloweere en boli negro: "Nada, no ha dado una pero bueno por lo demás tiene buena pinta, sí, si es heavy, este disco viene en la sección de heavy metal en la revista Discoplay…" 

Puede que fuera por ser el primer disco que conseguí, aunque fuera grabado, es curioso, intento recordar cual fue el primer casete que me compré y no logro recordarlo, me imagino que algún grandes éxitos de algún puesto del mercado, tampoco recuerdo el primero que me compre vía boletín Discoplay, de todo ello hablaré mas adelante, porque me encontraba a unos segundos de escuchar uno de los mejores discos de heavy metal que he escuchado nunca… 



Keeper of the Seven Keys era toda una declaración de intenciones... Una inyección de vitalidad y buen rollo, la que te transmitían los chicos de Helloween, ganas de comerse el mundo sin perder la diversión por el camino... Un disco que abría un debate por aquella época: Quiénes son mejores Iron Maiden o Helloween? 

Una inyección de vitalidad y buen rollo, la que te transmitían los chicos de Helloween, ganas de comerse el mundo sin perder la diversión por el camino. Un sinfín de sensaciones despedidas por unas guitarras más rápidas y melódicas, con unos riffs divertidos y unos solos alejados de la estricta métrica de la pentatónica, bien vestidos con el bajo de Markus Grosskopf y la batería del risueño Ingo Schwichtenberg, tristemente desaparecido, que aportaban una fuerza e identidad muy marcada y como no, la impresionante voz de Michael Kiske, que dibujaba una melodía paralela a la música pero muy bien empastada. 

Keeper of the Seven Keys era toda una declaración de intenciones en la que todo tenía el nombre que debía llevar con “Initiation” una intro que te anunciaba que lo que ibas a oír te iba a cambiar la percepción que tenías hasta la fecha de la música y así era, porque llegaba “I’m alive” y la velocidad y las melodías te envolvían como una corriente eléctrica que te recargaba como si una pila alcalina fuera tu cuerpo. “A little time” te dejaba respirar del impacto del primer tema, pero no podías bajar la guardia, las guitarras de Kai Hansen y Michael Weikath, con su semblante siempre tan serio, todo lo contrario que su compañero a la batería, no te dejaban, trepidantes, afiladas, veloces, y sin cesar de escupir riffs y melodías, mientras una voz chillona pero controlada, como ninguna de las que había escuchado hasta la fecha, me ponía los pelos de punta entre estribillo y estribillo. "Twilight of the gods" volvía a presentarte un sonido heavy metal completamente nuevo a lo que habías oído hasta la fecha, "A tale that wasn't right" conseguía durante unos minutos hacernos respirar, una balada que subía de la mano de la voz de Kiske hasta volvernos nuevamente, a poner los pelos de punta, y si no lo conseguía, el solo de guitarra se encargaba de hacerlo. 

La cara A había terminado, había que darle la vuelta a la casete, unos segundos mirando los rodillos del radiocasete y "Future world" con un ritmo divertido que volvía a engancharme otra vez. Los trece minutos de "Halloween" eran bestiales, una auténtica montaña rusa y el final “Follow the sign” esa instrumental que te avisaba de que ahí no acababa todo… Y era cierto, quedaba la "Part Two" todavía no lo sabía, pero se avecinaba una buena continuación de un disco que ha marcado un antes y un después dentro del heavy metal. De hecho el power metal, acuñado años después, nacía prácticamente de este disco.

Aquella tarde fue apoteósica, la pasé sin dejar de practicar un primitivo pero ya distintivo air guitar, baile que me acompañaría, a mí y a la pandilla, durante mucho tiempo con ese fantástico disco y con muchos otros después. Un disco que abría un debate por aquella época: Quiénes son mejores Iron Maiden o Helloween? 

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