Para quien no tenga el gusto de conocer a Rush: Geddy Lee canta, toca el bajo y los sintetizadores; Alef Lifeson se encarga de todas las guitarras; Neil Peart hace lo propio con la percusión. Lee y Lifeson componen la músca y Peart se encarga de las letras. Esta constante permitió, quizá, una coherencia en este disco, como en todos los de la banda, sonora y lírica. La música se acerca más que nunca a las guitarras y las composiciones «heavies» mientras que las letras mezclan temas muy personales con una reflexión general sobre el bien y el mal y cómo se enfrenta la persona al mundo que le rodea.
La producción la compartieron con Pete Collins (Gary Moore, Alice Cooper, Queensryche) y el apoyo técnico de Kevin Sherley (Joe Bonamassa, Iron Maiden, Dream Theater). Dedicaron dos meses a pulir las maquetas que tenían mezclando grabaciones en analógico y en digital. La banda estaba en un momento muy creativo y, de nuevo, experimental.
Animate abre el disco de manera grandiosa. Tiene todos los elementos virtuosos del grupo y de Counterparts: excelente trabajo de bajo enredado en la línea de guitarra con el patrón de batería comandando al fondo y una interpretación muy melódica de la voz. La letra es curiosa: la propia conciencia y la ambigüedad que a veces nos invade al entendernos o definirnos como personas, en este caso enfocado a la definición de género. La intensidad oscura de Stick it out, basada en un lick de guitarra que se repite y regenera, tiene un rollo heavy en la base y se redondea con un gran estribillo. En Cut to the chase se escucha uno de los mejores guitarreos, tanto por el riff principal como por el solo y las armonías de guitarra y bajo.
Tras la intensidad inicial, la emocional Nobody’s hero impresiona. Comienza con la guitarra acústica y la voz y desemboca en una orquestación de Michael Kamen y una ambientación que dota de gran intensidad a la letra: un homenaje de Peart a alguien que le influyó en su juventud y que falleció de SIDA, un amigo perdido que murió solo. La batería de Between sun & moon me parece de las mejores del disco. Además, el estribillo resulta muy melódico y agradable. La letra se basa en un poema de Pye Dubois, quien ya colaboró antes con la banda. Alien shore viene con un espíritu de directo de estadio. Arranca con el bajo y la guitarra dando caña para después dejarnos en un fraseo de Lee sencillo y volver a la intensidad en el estribillo. Peart, de nuevo, le da lustre al tema. Recuerda a su etapa más popera el siguiente The speed of love, donde destaca la línea melódica de Geddy y el sencillo pero muy efectivo solo de guitarra en una reflexión sobre lo voraz y veloz que es el amor: «Nothing changes faster/Than the speed of love».
Double agent es otra de las joyas ocultas de este disco. Potente riff, estribillo (casi) comercial, una nueva lección de Neil y el bajo da un toque muy personal, único. La instrumental Leave that thing alone nació de una poderosa melodía de guitarra y la suma de ideas y jams en el estudio; aunque no aguanta la comparación con sus hermanos mayores, esos enormes instrumentales de los setenta, encaja muy bien en el contexto del álbum y mantiene una tensión emocional excelente. El groove de Cold fire me encanta; muy roquera, con un patrón de batería complejo y un adorno de teclados perfecto para que Lee haga una de sus mejores interpretaciones. El cierre con la sentimental Everyday glory nos deja otro buen solo y otro buen estribillo, con un mensaje de superación: «Though we live in trying times / We’re the ones who have to try / Though we know that time has wings / We’re the ones who have to fly».
Uno nunca es objetivo con lo que le apasiona. Pero cabe reconocer a un grupo como Rush, con los bolsillos y el ego llenos, el mérito tras ¡quince! discos de marcarse una obra tan intensa, fresca, roquera y preciosista en mitad de la vorágine grunge y alternativa de los primeros noventa. A disfrutar tocan.
Unos auténticos monstruos Rush. Siempre han estado en mi top 5 de bandas favoritas. Y tremendo discazo este Counterparts, aunque ¿tienen disco malo? A mi unos me gustan más que otros (mi preferido quizá sea Hemispheres), pero todos, todos, me gustan.
ResponderEliminarY reyes del directo también, que pena que NUNCA pasaran por España y ya, sin el genial Neil, será imposible: aunque hicieran gira de despedida, yo siempre tuve la esperanza de una vuelta a los escenarios y, entonces sí, hubiera ido a donde fuera para verlos; cuando Neil falleció se desvanecieron esas esperanzas.
En cualquier caso, da gusto que se les reivindique porque, por desgracia, en nuestro país, me da que no están lo suficientemente valorados.