CRÍTICA de EL LIMPIAPARABRISAS (Alberto Mielgo, 2021): Corto de animación español ganador de un Oscar 2022

 

por Fabián Castillo Molina 

El limpiaparabrisas es el corto de animación ganador del Oscar 2022, que supone incorporar al 6º director español que lo consigue a la lista de ganadores de esta estatuilla. Alberto Mielgo es el nombre del veterano cineasta que a pesar de su brillante trayectoria profesional no era  hasta la fecha  conocido para el gran público seguidor del cine y el audiovisual, pero seguro que a partir de ahora no tardaremos mucho en volver a tener algo nuevo con su firma.

Dejo aquí el enlace que permite  ver la película de quince minutos de duración que a mi entender merece verse y estará disponible en abierto hasta el 20 de abril.

Supone este corto una muestra de cine moderno con las claves para demostrar lo mucho y bien que se puede contar en un cuarto de hora y cómo se es posible denunciar males de la sociedad actual del mundo desarrollado. De paso nos trae a la memoria, sin nombres ni títulos, obras mayores y directores que influyeron en su formación y en su pasión por el cine. Viendo este excelente corto he recordado a Kubrick, en 2001, una odisea del espacio, a Amenábar, en Abre los ojos, a Hitchcock, en Los pájaros, a  José Luis Guerín, a Fellini, y a otros que, sin duda, quienes vean este trabajo, obra de arte les traerá a la memoria.

Una película que trata de averiguar qué es el amor, por qué la soledad en un mundo tan multitudinario, por qué el suicidio, por qué el abandono hasta caer en la indigencia y muchas cosas más. También cabe preguntarse por qué se fuma tranquilamente en soledad en una cafetería, en tiempos en los que está prohibido hacerlo y por qué se comparte un pitillo en la playa con alguien a quien se quiere y sin embargo no se mira ni se cambia palabra. Igual que lo absurdo de estar buscando impulsivamente compañía  en el móvil, mientras tienes al lado otra persona que podría ser la que estás buscando y, como hace lo mismo, ninguno de los dos se mira ni saluda aunque hay momentos en los que casi se rozan físicamente.  

Hay mucho más en una película de quince minutos que en otras de dos horas que no plantean nada, y por tanto creo que merece dedicársele ese tiempo e incorporar a nuestra memoria el nombre de Alberto Mielgo como director que gana un Oscar, y que tiene otros trabajos que ahora quizás nos interese conocer,  como hicimos en su momento con Luis Buñuel, por El discreto encanto de la burguesía,  José Luis Garci, por Volver a empezar, Fernando Trueba, por Belle Epoque, Pedro Almodóvar, por Todo sobre mi madre y Alejandro Amenábar por Mar adentro. Otros españoles también lo consiguieron merecidamente por otros méritos, pero hoy tocaba aquí recordar a los que con tanto acierto, trabajo, pasión y amor por el cine, pusieron en pie proyectos que lograron superar todas las barreras para llegar a lo más alto de los premios, que no quiere decir que sea lo mejor en aquel momento, pero sí, que lo supieron hacer para lograrlo y les sirvió de mucho.