ZEPPELIN ROCK: LAS MEJORES PELÍCULAS DE ANIMACIÓN de los AÑOS 90: El mejor cine anime de los 90

domingo, 25 de julio de 2021

LAS MEJORES PELÍCULAS DE ANIMACIÓN de los AÑOS 90: El mejor cine anime de los 90

Toy Story

por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC




Los 90, la década en la que todo cambió en la animación, pasando de la tradicional a la que sería predominante a partir de entonces. Sí, es la década de “Toy Story” (1995), el primer largo animado digitalmente por completo. Esto supuso un cambio de paradigma y en la cultura audiovisual. Por fortuna, la animación tradicional ha conservado grandes referentes, sobre todo desde oriente, pero la animación digital vino para quedarse y ser predominante en el cine americano. Os traigo una completa selección para que disfrutéis con los más pequeños, pero también en soledad, ya que incluyo mucha animación adulta no adecuada para ellos.


El rey León.

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Las mejores películas de animación de los 90

(el mejor cine anime de los años 90)



ALADDIN (1992), de John Musker y Ron Clements. 

Clásico Disney de gran éxito, sobre todo gracias a las canciones, de ahora ha tenido versión en imagen real, como tantas otras.

ANASTASIA (1997), de Don Bluth y Gary Goldman. 

Compitiendo contra Disney, la Fox trajo a la hija de la familia real rusa que, más allá de temas históricos, resulta una película correcta y efectiva.

ANTZ (HORMIGAZ) (1998), de Eric Darnell y Tim Johnson. 

Una cinta infantil que apostaba por la inteligencia con un protagonista neurótico y existencialista, al que ponía voz, obviamente, Woody Allen. Quedó minimizada por “Bichos”, de Pixar, pero es apreciable.



BALTO: LA LEYENDA DEL PERRO ESQUIMAL (1995), de Simon Wells. 

Basada en una historia real sobre un perro mezcla de husky y lobo, es un entrañable título que dio para varias secuelas. Entretenida y eficaz para toda la familia.

BICHOS, UNA AVENTURA EN MINIATURA (1998), de John Lasseter y Andrew Stanton. 

Brillante cinta Pixar, que fue recibida con todo tipo de elogios, aunque ahora aparece algo olvidada. Brillante reflexión sobre la individualidad que refulge en una exhibición visual y técnica.

EL GIGANTE DE HIERRO (1999), de Brad Bird. 

Hay mucho de E.T. en esta historia. Animación adulta ambientada en la Guerra Fría. Un estupendo título que bien merece ser reivindicado. Bird me parece un director interesante que podría dar mucho juego.



EL JOROBADO DE NOTRE DAME (1996), de Gary Trousdale y Kirk Wise. 

Sobre el clásico de Victor Hugo, Disney no cosechó el éxito esperado, si bien es cierto que sirvió para llevar la obra a varias generaciones de jovenzuelos. Y, como todas las de la productora, encantó a muchísima gente.

EL LADRÓN DE BAGDAD (1993), de Richard Williams. 

Película de culto. Un proyecto que Williams se empeñó en llevar al cine. Un clásico que ha tenido muchas adaptaciones, basado en una de las historias de “Las Mil y Una Noches”. Quería ser para público adulto y sin diálogos (Williams trabajó 28 años en el proyecto), por lo que no llegó a buen puerto hasta que la Warner Bros decidió sacar el proyecto sin permiso de su director.

EL PRÍNCIPE DE EGIPTO (1998), de Simon Wells, Steve Hickner y Brenda Chapman. 

Notable film de animación, de extraordinaria calidad técnica, de una productora, Dreamworks, que venía para competir con Disney. La historia de Moisés francamente bien tratada.

EL REY LEÓN (1994), de Rob Minkoff y Roger Allers. 

Una de las joyas Disney. Con reminiscencias shakespearianas, es una de las cintas más exitosas de la productora, así como de las de más prestigio. Este año se ha hecho una en imagen real y animación por ordenador que ha repetido éxito.

GHOST IN THE SHELL (1995), de Mamoru Oshii. 

Un clásico del anime que expone ideas francamente complejas. De gran carga filosófica y potentes imágenes, es algo densa.



HÉRCULES (1997), de John Musker y Ron Clements. 

Disney apuesta por la mitología para esta entrega, que también obtuvo un gran éxito. Otro título más que recomendable para los más pequeños.

JAMES Y EL MELOCOTÓN GIGANTE (1996), de Henry Selick. 

Del director de “Pesadilla antes de Navidad”, llega este bonito cuento que adapta a Roald Dahl. Una fábula moral sobre el poder de la amistad y la imaginación como forma de evasión.

JIN-ROH (1998), de Hiroyuki Okiura. 

Una de animación para adultos. Contexto serio, político y social para un trabajo nada complaciente, violento y bastante elaborado. Seguro que muy apreciado por los fans del manga.

KENSHIN, EL GUERRERO SAMURÁI: RECUERDOS (1999), de Kazuhiro Furuhashi. 

Precuela de la serie, es otra animación adulta con samuráis, romances, ninjas y contexto histórico, en el siglo XIX japonés. Obra lírica y contundente, distinta a la serie, muy brillante y recomendable. Trasciende la animación. Formada por 4 capítulos.



KIRIKÚ Y LA BRUJA (1998), de Michel Ocelot. 

Una joyita de la animación francesa. Aventuras, fantasía, los parajes exóticos de África y una acertada apelación a la inteligencia y el conocimiento.

LA BELLA Y LA BESTIA (1991), de Gary Trousdale y Kirk Wise. 

Uno de los grandes éxitos de la Disney moderna, antes de la irrupción de la animación por ordenador. Fue la película, nominada al Oscar a Mejor Film, que devolvió a la productora a lo más alto.

LA PRINCESA MONONOKE (1997), de Hayao Miyazaki. 

Una de las películas más famosas y exitosas del gran Miyazaki. Aventuras, fantasía y aliento ecologista para una de las obras que lanzó al cineasta japonés a los altares.



¡ME CASÉ CON UN EXTRAÑO! (1997), de Bill Plympton. 

Una original animación adulta que funciona bastante bien como sátira. Irregular, desfasada, desenfrenada… pero interesante.

MEMORIES (1995), de Katsuhiro Ōtomo, Kōji Morimoto y Tensai Okamura. 

Tres historias basadas en tres historias gráficas cortas de Ōtomo, dirigidas y guionizadas por él mismo. Bélico, Ciencia Ficción, aventuras espaciales, holocaustos nucleares… Steampunk.

MULAN (1998), de Barry Cook y Tony Bancroft. 

En 2020 se estrenará su versión en imagen real. Cinta Fantástica y aventurera con claro enfoque feminista. Otro gran entretenimiento, muy efectivo, aunque no esté entre las más alabadas de Disney.



NINJA SCROLL (1993), de Yoshiaki Kawajiri. 

Acción, gore, sangre y vísceras sobre un subtexto pretendidamente político. Para fans del manga y el anime.

PERFECT BLUE (1997), de Satoshi Kon. 

Más animación oriental para adultos. Toques de terror, de thriller psicológico. Una película original, en la que podríamos encontrar referentes en Hitchcock o Polanski. Intriga, subjetividad, realidad y ficción entremezclados… Muy sugerente.

PESADILLA ANTES DE NAVIDAD (1993), de Henry Selick. 

No, no la dirigió Tim Burton. A ver si cala. Burton es productor y diseñó la estética con muchos dibujos, pero el director es Selick, que también ha dejado otras obras magníficas en stop motion. El horror y lo entrañable en perfecta comunión para rendir a los más pequeños… y a los mayores.

POMPOKO (1994), de Isao Takahata. 

Con una trama ecologista y vista en más ocasiones, el Estudio Ghibli logra otro trabajo lleno de encanto y sensibilidad, aunque no proceda de Miyazaki. Quizá no la conozcáis mucho, así que… ¡mejor aún!

PORCO ROSSO (1992), de Hayao Miyazaki. 

La pasión de Miyazaki por la aviación, mostrada con explicitud en esta peculiar película que no renuncia al elemento fantástico, si bien es muy accesible. Divertida y entretenida, se ambienta en el periodo entreguerras y presenta personajes con mucho carisma. Un gran título del director.

RECUERDOS DEL AYER (1991), de Isao Takahata. 

Animación japonesa del Estudio Ghibli, aunque sin Miyazaki. Sutil, costumbrista, nostálgica, una pequeña joya quizá poco conocida.

SUSURROS DEL CORAZÓN (1995), de Yoshifumi Kondô. 

Correcta pero fallida cinta, de una sensibilidad algo cargante y tendente en exceso al simplismo en casi todo. No es un mal trabajo pero lo cierto es que la cosa prometía bastante más con la historia de esta niña que va dando sus primeros pasos hacia la madurez.

TARZÁN (1999), de Kevin Lima y Chris Buck. 

También se animó Disney con Tarzán. Una gran producción, virtuosa en lo técnico, banda sonora de Phil Collins y un mito acercado con acierto a los más pequeños.



TOY STORY (1995), de John Lasseter. 

Obra maestra del cine de animación, presentación estelar de Pixar, que más allá del alarde técnico que supuso, es pura magia conceptual. Un clásico absoluto que define la infancia como pocos. De obligado visionado.

TOY STORY 2 (1999), de John Lasseter, Ash Brannon y Lee Unkrich. 

Digna secuela, aunque lejos de la primera y la tercera de la saga, que sin adentrarse en grandes profundidades de la esencia infantil, se adentra en otras respecto a los personajes. Volvió a sorprender su calidad técnica, por supuesto.

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