ZEPPELIN ROCK: THE ROLLING STONES - Sticky Fingers (1971): CRÍTICA Review

martes, 2 de marzo de 2021

THE ROLLING STONES - Sticky Fingers (1971): CRÍTICA Review

 


por JLBM


Estaréis conmigo en que en 1969 The Rolling Stones habían lanzado lo más parecido a una obra maestra que puede lanzar una banda de rock. Efectivamente, Let It Bleed era casi perfecto, y superar tamaño álbum se antojaba harto complicado. No sé si lo superarían, tendiendo en cuenta además que Let It Bleed es mi trabajo favorito del grupo, pero lo que se iban a marcar con la publicación de Sticky Fingers en abril de 1971 se iba a convertir en uno de los discos más memorables de la ya de por sí memorable formación.




De nuevo con Jimmy Miller en los mandos de producción, los Rolling Stones iban a facturar uno de los considerados mejores álbumes de la historia del rock. Miller ya había producido Beggars Banquet en 1968 y Let It Bleed en 1969, dos discos imprescindibles que habían servido para iniciar la época dorada de los Rolling Stones. Un matrimonio que sin duda deparó los mejores álbumes de la historia de la banda, tanto para crítica como para público, algo sin duda difícil de conseguir.

De nuevo Mick Taylor formaba parte del grupo, como sucedió en Let It Bleed y como sucedería en Exile On Main St. de 1972. Su participación en la trilogía sagrada de los Rolling Stones se antoja básica, al contar el grupo por primera vez con un guitarrista lleno de clase y talento, aunque eso si, carente totalmente de actitud. 

Otro factor muy importante a tener en cuenta es que la inmensa mayoría de los temas se crearon mientras la banda se encontraba inmersa en la gira americana del Let It Bleed, de cuyas fructíferas sesiones habían salido también algunas de ellas. Los Muscle Shoals Studios de Alabama o el famoso Mobile Studio fueron algunos de los lugares seleccionados para la grabación de estos 10 clásicos del rock.



Por primera vez la banda lanzaba un álbum bajo su propio sello, Rolling Stones Records, tomando el poder y el control sobre su música y sobre sus decisiones. La gran máquina de hacer dinero daba sus primeros pasos, pero al menos lo hacía en formato de colosal obra de arte.

Si en Let It Bleed los Rolling Stones habían jugado sabiamente con el blues, el country y el gospel, en Sticky Fingers todavía conservaban aquellos elementos pero esta vez tamizados por una mayor dosis de rock auténtico, como se demuestra en los temas que abren cara en el disco e incluso en "Let It Rock", junto a "Bitch" la cara B del single que con "Brown Sugar" como cara A lanzarían en abril del 71.



Sticky Fingers comienza con "Brown Sugar", un tema que despedaza el sexo interracial y la droga barata con el saxo de Bobby Keys añadiendo ese toque lascivo. Un clásico que captura la brutal energía de los Rolling Stones a comienzos de la década de los 70. Un trallazo de rock lleno de alma con ese toque desagradable que sólo Jagger y Richards pueden ofrecer. Por supuesto aborda uno de los temas favoritos de la banda, el sexo, pero esta vez con ese toque tabú que le proporciona el hecho de que el objeto de deseo sea una negra. La anhelante "Sway" sumerge en el agobiante mundo de la depresión, con un inmenso Mick Taylor, amo y señor del slide. Sigue la mítica "Wild Horses", hermosa desde su simplicidad, con un Jagger lleno de pasión. Duele con nostalgia y seduce melancólicamente a través de las 12 cuerdas de la guitarra de un genial Richards.

"Can't You Hear Me Knocking" es una impresionante muestra del virtuosismo de Mick Taylor a las seis cuerdas en un duelo sin final con Keith Richards. El amor de Charlie Watts por el jazz revela la importancia del baterista en este impagable tema de más de siete minutos. Genial la labor de Wyman en la jam final del tema e impagable una vez más el saxo de Keys.  "You Gotta Move", de Fred McDowell y Gary Davis, es un homenaje de Richards y Jagger a sus idolatrados maestros del blues.

La trepidante "Bitch" abre la cara B de "Sticky Fingers", con brutal confusión lasciva de Watts, en una línea similar a "Brown Sugar" para la cara A, aunque tal vez sin ese poso que convirtió en inmortal a la segunda. "I Got The Blues", bajo su caparazón de soul y un brutal conjunto de viento revela las esperanzas falsas de un Jagger absolutamente inspirado. "Sister Morphine" hiela la sangre desde ese estado inducido por el consumo de drogas, horrorizando con imágenes austeras.

La inmensa "Dead Flowers" podría ser la mejor pieza de Sticky Fingers. La vergüenza, el intento de escapar a la adición contados bajo ese prisma country del que tan buen resultado obtienen Jagger y Richards. La melancólica "Moonlight Mile" ofrece un rayo de esperanza con el que cerrar el álbum, de nuevo con sabor a country añejo y excelente slide guitar. Intensa y conmovedora.

Definitivamente, Sticky Fingers es una losa incendiaria de adrenalina pura y de auténtico rock and roll, por supuesto muy difícil de igualar. Todavía hay quien encuentra sobrevalorados a los Rolling Stones. Seguramente eso se debe a que no ha escuchado como se debe álbumes como Sticky Fingers. Pero es que un año más tarde saldría Exile On Main St..


4 comentarios:

  1. Angel hubiera estado bueno haber puesto la portada española

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  2. Respuestas
    1. Angel la portada española es una lata con unos dedos dentro

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    2. ¿En serio que todavía no la has visto? No me lo creo.

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