ZEPPELIN ROCK: LUBACK en el Café Berlín, Madrid (7-junio-2019): Crónica del concierto y reportaje fotográfico

lunes, 10 de junio de 2019

LUBACK en el Café Berlín, Madrid (7-junio-2019): Crónica del concierto y reportaje fotográfico


por Alberto Iniesta (@Radiorock70)
del blog Discos




Corren unos tiempos donde no resulta sencillo aquello de encontrar un grupo que priorice las canciones por encima de absolutamente todo lo demás. Un mensaje que debería quedar grabado a fuego en el alma de cualquier bicho humano que pise un escenario, armado del instrumento que proceda persiguiendo una finalidad por encima de cualquier otra: la de emprender el regreso a casa con la compañía del mayor número posible de corazones conquistados. En ese noble arte los Luback se han convertido en unos expertos, y lo mejor, precisamente, radica en que con cada nuevo concierto que ofrecen vuelve a sobrevolar la sensación de que todavía no hemos visto su mejor concierto.



Empeñados en su apuesta firme por la eternidad de la llama de la sorpresa en sus conciertos, en la noche de ayer no sonó una canción de una importancia capital en lo que han sido los conciertos del grupo hasta la fecha. Hablo de un tema enorme como lo es Inside, y en lo que habría supuesto una catástrofe sin precedentes en cualquier otro concierto donde un grupo no tocase un tema de esas características, no sucedió así en la pasada gloriosa noche en el Café Berlín. Varias razones lo impidieron:




Sucede que a los Luback les gusta jugar con las canciones, y cuando el nivel del repertorio es similar al de los músicos que hay sobre el escenario, realmente nada puede salir mal. Ahí tenemos una de las claves que explica el éxito de sus conciertos. Lo acontecido con Inside ya sucedió previamente con Peñagrande 4, canción descomunal de las que no deja un rincón del cuerpo libre de su magia, y aun así, el setlist, lejos de involucionar, evoluciona hacia un futuro que pinta de lujo y suena aún mejor.




Una de las canciones que mayor crecimiento ha experimentado en estos años es Worse Than You, que pasó de cerrar conciertos a abrirlos sin perder un ápice de frescura y rock and roll. En estudio ya sonaba de lujo, pero en directo ha adquirido una capa de acordes que va cambiando de directo en directo, manteniendo en todo momento un nivel a la altura de unas expectativas que no dejan de crecer. Otra de las razones por las que no hubo tiempo de echar de menos otros clásicos del grupo tiene que ver con la solidez de las nuevas canciones que va presentando el grupo. Need es un auto ejercicio muy necesario en tiempos donde la bandera del postureo ondea cada vez más alto, sin que nos demos cuenta de lo que realmente importa. A golpe de un riff de los que marcan época, se caga en todo eso y más sin dejar títere con cabeza. Precisamente, de valorar lo bonito que tenemos va la cosa en Lucky Man, una canción de las que crece a medida que aumentan las escuchas con unos cambios de ritmo que se pelean con los de la respiración de los presentes. Los cambios de ritmo tampoco tienen secretos para los Luback, y lo demuestran con un toque irlandés en esa maravilla que es Summer Storm, donde el glorioso violín de Manu se erige protagonista mientras que Marcus Duane Allman Wilson se disfraza de John Entwistle como si llevase tocando el bajo toda la vida.




Detalles como el de Cristian arrancando con la acústica entre el público hasta que el resto de la banda arranca en una explosión rock serán pequeños, pero son de los que se recuerdan. Hablando precisamente de recordar, el homenaje del grupo a Tom Petty en esa enorme versión del clásico olvidado Runnin’ Down A Dream fue de esos momentos que no nos abandonarán fácilmente.

Hubo tiempo en jugar a ser Led Zeppelin en Black Cat, en disfrutar de voces para el olimpo de las diosas del rock con Carmen Villaescusa en We Learn y en cerrar con una stoniana Life Guru que no hizo sino ahondar en esa idea de que el mejor directo de estos musicazos todavía no lo hemos visto.




Hablando después con ellos, te das cuenta de que detrás de la química existente en el escenario hay unos seres humanos maravillosos, a los que deseo una vez más que la música les trate la mitad de bien de lo que ellos le ofrecen. Canciones, música… vida.

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