ZEPPELIN ROCK: Crítica de "Café Society" (Woody Allen, 2016): Film review

domingo, 23 de octubre de 2016

Crítica de "Café Society" (Woody Allen, 2016): Film review


por MrSambo (@Mrsambo92)
del blog CINEMELODIC



Posiblemente estamos ante uno de los mejores títulos de Woody Allen en bastante tiempo, y muy superior a lo que llega a nuestras carteleras habitualmente, aunque siga quedando bastante lejos de sus grandes obras, algo que seguramente no volverá a alcanzar, pero tratándose del genio neoyorkino es una posibilidad que nunca debemos desechar.


Con una atmósfera que desprende un fatalismo romántico atenuado recordando a Scott Fitzgerald y una bellísima fotografía de colores puros e intensos, con la habitual predominancia de los cálidos, los dorados, aunque también los azules, para cohesionar estéticamente forma y fondo, una estética de atardecer otoñal, de verano crepuscular, Allen nos cuenta una historia donde subyacen sus obsesiones de siempre, porque eso jamás va a cambiar.




Estamos en los años 30, de nuevo viajamos al pasado, buscando un romanticismo perdido, porque de pérdida hablaremos, para conocer a Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), un ingenuo y soñador joven, idealista y neoyorkino, que huye de la urbe y su familia en busca de aventura y experiencias nuevas, encontrando en el abrigo de su tío, un afamado agente y productor hollywoodiense, un trabajo entre las estrellas. Allí conocerá a Vonnie (Kristen Stewart), la hermosa secretaria de su tío Phil (Steve Carell), de la que terminará enamorado.

De nuevo las relaciones, las infidelidades, el pasado nostálgico y anhelado, el amor a Nueva York (manifestado en el regreso del protagonista a su ciudad), el lujo, las clases altas, las referencias culturales, las bromas sobre religión y muerte… son ingredientes fundamentales del nuevo y puntual título que Allen estrena.




Los amantes del celuloide y el Hollywood clásico, de los 30, antes de la censura, tendrán una buena colección de referencias cinéfilas y menciones a actores y directores. John Ford, Howard Hawks, Billy Wilder, William Wyler, Fred Astaire, Ginger Rogers, Spencer Tracy, Bette Davis, Joan Crawford

La historia cuenta con un narrador que en voz over nos relata los matices de la historia y las partes intermedias, con un magnífico estilo literario. Un Woody Allen que así aparece en su película, lo que siempre me gusta especialmente. Textos, los recitados por Allen, muy bien escritos.




Además puede que sea la más violenta película de Woody Allen, un hombre siempre apegado a la comedia y al drama, como también ocurre en esta ocasión, pero insertando un par de disparos en la cabeza y alguna paliza en honor a la subtrama gangsteril que incluye. Una subtrama que encaja regular, resulta algo digresiva, que sirve para desarrollar al hermano de Bobby, Ben (Corey Stoll), que dará trabajo en su garito al propio Bobby a su regreso de Hollywood.




Uno de los grandes aciertos es que la nutrida fauna de personajes que pueblan la película funcionan. Desde el vehemente y vitalista tío interpretado por Steve Carell, pasando por los padres de Bobby, especialmente su madre, interpretada por Jeannie Berlin, una judía cegada por su familia y que maltrata verbalmente a su marido. También el mencionado Ben, matón habitual, que resuelve los problemas de la familia de la forma más fácil.

La pareja protagonista tiene encanto y chispa en esta ligera, pero con poso romántico, comedia. Un Jesse Eisenberg que parece un Woddy Allen rejuvenecido, y la bella y desaborida Kristen Stewart, que desde su inexpresividad consigue alcanzar cierto misterio.

También tendremos un comunista, civilizado y pacífico, mingafría y cobardón, mirado con afabilidad por Allen como el intelectual de la película.




Como siempre, Allen, en su actual y depuradísimo estilo, con cuidados movimientos de cámara, elegantes travellings y la citada fotografía preciosista de colores intensos y saturados (la escena inicial con esos azules en la piscina, o la íntima en la habitación de hotel de Bobby cuando se va la luz, son dos buenos ejemplos), rueda en planos secuencia, largos planos sostenidos, ya sean estáticos con cuidados y medidos encuadres, o en movimiento, donde apreciamos el uso del gran angular también, y unos actores que se desenvuelven con naturalidad y libertad en los lujosos decorados. Una gran puesta en escena que destaca en los paseos curiosos de la cámara por el garito de Ben y Bobby en Nueva York, como si del “Rick’s Café” se tratara.

Maneja también muy bien los cebos y los ecos con objetos, como esa foto de Rodolfo Valentino.

Por supuesto, la incontenible verborrea de los personajes será una constante, personajes siempre comunicativos. Hay algún buen diálogo y un humor sutil e inteligente. El Jazz… ¿Cómo no iba a aparecer el Jazz?




Hay una mayor madurez y enjundia en esta película, porque reduce al mínimo los enredos amorosos y las infidelidades. Un enredo es la base de la cinta, pero Allen a veces retuerce en exceso estas historias, mientras que aquí todo transmite autenticidad y verismo.

Está bien integrada la idea de pérdida y desmitificación, de caída de los gigantes románticos, de la renuncia, en ese chico que ve cómo Hollywood no es lo que esperaba, que conoce a gente desencantada (aunque no aparecen mucho, lo comentan de otros más que nada), que no logró sus sueños, y que además recibe un mazazo de amor, cuando su idealista relación con Vonnie se ve truncada por la realidad. Una Vonnie que también se convertirá, como él mismo en cierta medida, en una persona distinta de la que decía ser.




Allen gusta de presentar relaciones sin definirlas, si hay complicidad, amistad o atracción, omitiendo o dando por supuesto su desarrollo posterior, elípticamente, pasando de la presentación a una relación más o menos afianzada. Cuando son temas amorosos se interesa más, pero los encuentros suelen ser funcionales, narrativos o desembocan en una inflexión importante de esa relación (ruptura, sexo…).




Café Society es vagamente alegórica, melancólica, ligera y a la vez con cierto poso, una “Casablanca” neurótica, guardando muy mucho las distancias.

He sido y soy muy crítico con el Allen actual, que viene desde 2000, pero incluso en esta época menos inspirada ha dejado muy buenos títulos, entre los que este tiene un lugar especial.

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2 comentarios:

  1. a mi que no me ha gustado mr.sambo,porque no soporto a los protagonistas...ni a la kristen ni al jesse....pero en ninguna pelicula que han echo....visialmente paso de ellos total

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  2. La verdad es que yo a Kristen tampoco mucho jajajaja. Un saludo Metaleros!

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