ZEPPELIN ROCK: Crítica de "La sombra del vampiro" (Elias Merhige, 2000): Film review

sábado, 19 de diciembre de 2015

Crítica de "La sombra del vampiro" (Elias Merhige, 2000): Film review

 

por Tony Soulman




El director de fotografía debe ser reemplazado, pues el protagonista bebió toda su sangre. La script girl es "sacrificada" literalmente en favor de la película. La principal motivación del actor protagonista es que podrá beber la sangre de la diva, solo al finalizar la película. Todas estas anécdotas se pueden disfrutar a pleno en el segundo largo de Elias Merhige, La Sombra del Vampiro del año 2000.




La película nos muestra lo que nunca se vio de la legendaria obra de Murnau, Nosferatu (1922). La película está protagonizada por Willem Dafoe, maravilloso, nominado al Oscar por su papel de Max Schreck -actor que interpretó al Conde Orlock en la original Nosferatu- y John Malkovich, deslumbrante en el papel de Murnau, uno de los padres del expresionismo alemán. Con un maquillaje increíble (también nominado), Dafoe muestra una inigualable expresión de soledad, tristeza, maldad y espíritu animal en sus ojos, un verdadero "No Muerto". Malcovich, por su parte, da a Friedrich Wilhem Murnau un semblante apasionado, extremista, obsesivo y desesperado por defender su obra tal como fue concebida.

Algunos dicen que Schreck desapareció al finalizar el rodaje de Nosferatu, otros que vivió hasta 1936 y trabajó en 20 películas mas, y otros que no existió tal Max Schreck y que fue el mismo Murnau quien realmente hizo el papel de Orlock y él mismo era un vampiro. Lo único cierto es que Murnau sí hizo de doble de Schreck en algunas tomas, pero por una cuestión de tiempos del rodaje. La Sombra del Vampiro no es una película más del género "Cine dentro del Cine", es muy especial, los cinéfilos y amantes del cine clásico la disfrutarán un poco mas que el resto. El film fue producido por Nicholas Cage, amante del expresionismo alemán y dirigida magistralmente por Elias Merhige, que nos brinda un testimonio de amor por el cine, un juego de luces y sombras magnífico. La fidelidad histórica es tan real, que en esta película se usó una cámara perteneciente a Murnau. En definitiva, una película que ningún amante del cine debe dejar de ver.

Dirección: Elias Merhige 


Tony Soulman

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