ZEPPELIN ROCK: The Bottle Rockets - Zoysia (2006): Review. Crítica del disco

miércoles, 13 de noviembre de 2013

The Bottle Rockets - Zoysia (2006): Review. Crítica del disco



por Addison de Witt (@Addisondewitt70)




Desde la formación de The Bottle Rockets en 1992, los chicos capitaneados por Brian Henneman han dado muestras en repetidas y felices ocasiones de lo gran banda que son, del dominio que de varios estilos y tendencias de la música sureña americana son tesoreros y de la variedad estilística que se puede encontrar a lo largo de su andadura discográfica.


Pero es que en alguno de sus discos mas destacados, difícil destacar un disco de los de Missouri, pues la regularidad de la que hacen gala en cuanto a la calidad de sus respectivas entregas es notable y este positivo aspecto hace difícil la labor de elegir un disco por encima de otro, pero como cada cual tiene su corazoncito siempre tenemos esa tendencia entre romántica y obsesiva de destacar algún disco en cualquier artista, en estos muchachos de soleados ademanes musicales no iba a ser distinta la película, y como yo, obsesivo profesional, no me desligo de la viciada costumbre comentada, y además me divierte mojarme, haré mi elección y me quedaré con esta entrega, madura ya la banda, de 2006 que responde al titulo de Zoysia.




¿Por qué Zoysia?... pues no lo sé. Creo que sus composiciones tienen la combinación perfecta de madurez, estilo y convicción, madurez ya que después de casi 15 años en la carretera el posicionamiento inicial ante la labor de plantar cara a un disco, un estudio y unos temas es asumida con un talante acostumbrado a lidiar con los seres y pareceres de los miembros de la banda, en especial de los dos directores principales de esa tragicomedia que siempre es un grupo de rock and roll, los talentosos Brian Henneman y Marcos Hortmann, que además a estas alturas eran los únicos que continuaban de la formación iniciática de 1992.

Este entendimiento y el conocimiento y suponible respeto a la labor de producción, que en este disco es una labor brillantemente llevada a cabo por Jeff Powell, terminan dando lugar a un dejar germinar la semilla de unas canciones que además nacieron libres, fluidas y hermosas, fieras las rockeras, líricas y ensoñadoras las baladas e inquietas y desafiantes al baile los ritmos más funkys y souleros, que también los hay, siendo además temas de muy buen ver estos...en definitiva, que el estilo está ahí, en la fibra de la que están construidos los ropajes melódicos de estos temas indiferentemente de la etiqueta que ostenten.

Y claro, si estas cosas están asumidas dentro del intrínseco proceso de la grabación de una obra musical, es inevitable que la convicción no llegue a las mentes de los músicos que están alumbrando a la criatura, esta convicción que se traduce realmente en fe en el disco y creencia en la música parida termina concretándose en un sonido asumido como propio, como parte del ADN del músico, del instrumentista, del creador y del ser humano que pleno de orgullo interpretara esa música en la que cree, y en esas condiciones es imposible parar a un artista.



Todo esto da la sensación que se da cita en los miembros de esta banda en el momento de archivar este disco en soporte plástico, pero es que además las composiciones son brillantes, como siempre, el trabajo estaba hecho y bien hecho… y así en el mes de junio del año 2006 sale a la venta este fantástico elepé de rock, blues, soul, southern, country y bluesgrass (por lo menos) de sureño sabor, dotado de un fuerte golpe en boca, cual vino añejo de traicioneras intenciones y delicada letanía de sedosa y cálida caricia en el paladar, bouquét de intensas e inolvidables sensaciones que tras cada cata nos deja algún sabor escondido hasta ese momento.




Álbum formado por once cortes diferentes entre si donde The Bottle rockets demuestran su buen hacer en los farragosos terrenos del country-rock más ortodoxo de “Better Than Broken”, que pone las primeras notas rockeras y los primeros efluvios de calor country en animadas acústicas y ansiosas eléctricas que crean un adictivo tema que da un pistoletazo inmejorable al disco.

Nerviosa suena “Middle Men”, inquieta recordando a los mejores Drive By Truckers que entonces estaban atravesando su mejor momento, fluida y apurada melódicamente, continúa con buen pie el disco...Y llega el soul mas funky, coros femeninos y caderas que acompañan a una guitarra que se pierde en las sonoridades mas ácidas y paranoicas.

“Happy Aniversary” es un baladón de southern excelente, nuevamente DBT parecen ser inspiradores de la letanía de extraña actitud del sonido y la melodía de esta extraordinaria pieza.

Y “Blind” suena al Gram Parsons acústico, aquel que parecía llevar dentro toda la tristeza de Alabama, bella, con un estribillo a dos voces realmente emotivo, ritmo country de bar a últimas horas, parejas borrachas llorando todo el alcohol de la noche danzando abrazados en medio de la pista al ritmo de este baladón, precioso.

Rock and Roll y punto, guitarras que dicen lo que les da la gana, porque creen en su ronca voz, ritmo desordenado pero coherente, palmas para animar a los pies a entrar en la fiesta propuesta, vamos a disfrutar de que nuestro corazón sigue siendo joven con esta divertida y adrenalítica “Mountain To Climb”.

Mas southern y lejana suena “Align Yourself”, sustentada por una percusión oscura y redundante y una acústica que no se complica la vida.

Y otra vez ritmos vivos, guitarras con ganas de divertirse y melodía desenfadada que no se cree nada especial, la poco pretenciosa pero disfrutable “Suffering Servant” culminada con un entregado solo de guitarra.

Se acerca el final con dos clásicos sones country-folk de sureño poso, de ese que permanece escondido en el culo de la botella del licor caliente que se necesita para aguantar los males de amores, las bellas y crepusculares “Feeling Down” y “Where I’m From”.

Y llegamos al final con la complicada y casi progresiva “Zoysia”, el tema menos digerible del disco, más empeñada en decir que en ser, es inquietante y pragmática, pero interesante y trascendente.

Disco poco conocido por el gran público, igual que la banda, pero que cualquier amante del southern y del americana debe, al menos, intentar un acercamiento, pues es un gran disco de riqueza estilística, siempre metidos hasta las rodillas en las inspiradoras aguas cálidas del Mississippi, y por medio de él, descubrir a un grupo que sin duda es de lo mejor que el sur ha dejado escapar de su costumbrista forma de vida en los últimos años.

Hasta la próxima.








©Addison de Witt

2 comentarios:

  1. Amo a esta banda. Yo hubiera elegido otro disco, no sé, me encanta Songs Of Sahm o The Brooklyn Side. O esa Lucky Break que abre Blue Sky...Pata negra!

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    1. También son discarracos de mucho cuidado, yo me debatía entre este y su debut...
      Gracias por comentar.
      Saludos.

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